La politóloga, doctora Rosario Espinal, dijo que este 2023, al ser un año preelectoral, estará cargado de muchos eventos políticos, y comenzará a medirse la fuerza de cada partido, en los primeros tres meses, pero “hay una situación de fraccionamiento y cierta fluidez en la clase política y en los partidos en los cuales se aglutina”.
Expuso que “hay 29 partidos con registro legal”, alegando que muchos de estos, son pequeños y buscan alianza con partidos más grandes. “Yo creo que primero lo que vamos a ver es un cierto transfugismo, en la reacomodación de las personas dentro de los partidos políticos”, siendo esto que un miembro de partido, cambie y piense dónde estarán mejor ubicados y “luego van a venir entonces ya las alianzas, y los partidos pequeños siempre apuestan al que es una opción de poder, si no cabe en lo que ellos proyectan en la primera opción de poder, entonces tratan de irse a la segunda, y así”.
“Indiscutiblemente, hay fracturación en el sistema de partidos, y no hay fuertes compromisos ni lealtades políticas de los políticos hacia sus partidos. El partido en el poder, cuál sea, tiende a hablar una cantidad de personas, porque es el partido con recursos y que puede ofrecer cosas concretas”, explicó Espinal durante entrevista realizada en Opiniones TV.
Agregó que “el PLD y la Fuerza del Pueblo tienen el inmenso desafío de ver quién le da el knokc out al otro, porque es la misma matriz política, pero sobre todo, es la misma base electoral”. “Aún hicieran una alianza, es cuántas posiciones tiene el PLD, cuántas posiciones tiene la Fuerza del Pueblo, eso de entrada es un problema”.
La politóloga explicó que realizar una estrategia política pensando que en una segunda vuelta es que se va a resolver el problema de si será el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) o la Fuerza del Pueblo (FP), y lo que va a pasar, es “riesgoso”.
Espinal manifestó además que en República Dominicana se hacen muchas alianzas, antes de la primera vuelta, razón por la que es difícil que se llegue a la segunda vuelta, ya que los políticos quieren amarrar sus cosas antes de la primera vuelta para no correr riesgos.