Personalidades del medio artístico aseguran que este artista es la promesa del mambo y que su talento está a nivel de actuales potenciales artistas.
Luego de agotar una larga data en las categorías menores del club San Vicente de paúl en su ciudad natal y a la vez ser parte de la selección juvenil con el fenecido Astro Boys Chicho Sibilio, el joven duartiano nos cuenta que desde que jugaba baloncesto su mayor sueño es ser un gran artista y sobre todo reconocido por los jóvenes de su provincia y el mundo.
Además de compositor y cantante urbano Gran Yao es estudiante de Diplomacia y trabaja con su esposa en una empresa familiar de uniformes y bordados, según nos cuenta en medio de esta pandemia ha tenido que recurrir a la venta de limones, hacer servicio de taxi y muchas más actividades para de esta manera buscar el sustento a su hija y continuar invirtiendo a ese tan anhelado proyecto de ser Artista.
En su nueva etapa musical trae una nueva propuesta de Merengue Tropical, con unos colores modernos y estilo peculiar que al escucharlo nos damos cuenta de la calidad sonora y marca país que nos caracteriza.
“Gracias a Dios y las orientaciones del Magíster Joel Morel mi mentor quien me está preparando a través de la academia, DOTES, también agradezco al productor Musical Sandy Peralta y Directora audiovisual Nicidia Casado por acoger mi proyecto y entregarse por entero”, expres´ó el Gran Yao.
“Lo importante de todo es que hemos Reflexionado y madurado, entendiendo que debemos mejorar y cambiar la temática del juego, hacer letras limpias con sentido y no estar promoviendo cosas que no aportan al bienestar de la sociedad, por esta razón mi nueva producción”, dijo el artista.
El artista finaliza con estas palabras: “No se desesperen por la situación que estamos atravesando actualmente, aunque los combustibles y la canasta familiar están por las nubes, los Hombres y los gobiernos pasan con el tiempo, pero Jesucristo y nuestra Fe’ estarán siempre con nosotros, mantengan la esperanza que lo mejor de todo es que somos hijos de Dios y él nunca nos desamparara”.