En el Caribe colombiano, cerca del río Magdalena que atraviesa el país de sur a norte, viven los hombres hicotea.
Las hicoteas son una especie de tortugas anfibias que viven en zonas cenagosas.
Como las hicoteas, los habitantes de la región del Magdalena y sus afluentes dominan técnicas para aprovechar el agua y la tierra, la pesca y la agricultura.
Como contaba el sociólogo Orlando Fals Borda, son personas que al igual que las hicoteas saben acomodarse a las dificultades del clima, ya sea fuertes temporadas de lluvia o sequías severas.
“Sufrimos mucho, pero también gozamos”, decía Fals Borda recordando sus conversaciones con los habitantes de esta zona ribereña.
En ese ambiente anfibio nació la cumbia, un ritmo cadencioso que surge a partir de la mezcla de la música de los indígenas y la de los esclavos africanos, y que luego se nutre de la influencia europea.
Esa cumbia se esparció y hoy está en todo el continente, con vertientes en cada país. Las cumbias sonideras en México; las cumbias villeras de Argentina; o las cumbias amazónicas y psicodélicas de Perú.
Eso, además de artistas como Selena, Shakira, Rubén Blades, Calle 13, Becky G o Los Ángeles Azules que, cada uno a su manera, han incluido la cumbia en sus producciones.
Para hablar sobre cumbia, en BBC Mundo entrevistamos al cantante colombiano Carlos Vives, uno de los artistas más reconocidos del país, que por estos días está lanzando su nuevo disco Cumbiana, en el que parte de la cumbia para hacer canciones que van desde la salsa hasta el reggaetón.
Durante casi 30 años, Carlos Vives ha investigado la cultura del Caribe colombiano y para este nuevo trabajo se enfocó en ese territorio anfibio en el que nace la cumbia.
Lo que sigue es una síntesis de la conversación telefónica que tuvimos con Carlos Vives.
Así como el río Mississippi fue clave para el nacimiento del blues, de cual surge el rock, el río Magdalena en el Caribe colombiano fue clave para el surgimiento de la cumbia. ¿Cómo es ese territorio?
El territorio cumbiero es un gran territorio anfibio, que va más allá de las fronteras del interior y la costa de Colombia, más allá de las fronteras que hemos creado para dividirnos como país.
Es un gran humedal, una red de ríos que eran parte de las culturas indígenas que lo habitaban. El Caribe colombiano es increíble porque tiene un pie en los Andes y otro en las Antillas.
Entonces ese territorio anfibio en el que nace la cumbia trasciende al Caribe colombiano…
Si tú te levantas sobre el mapa de Colombia vas a entender ese sistema anfibio, que tiene de vecino a Jamaica y más arriba tiene a Louisiana en Estados Unidos, que es donde García Márquez decía que comienza el Caribe.
El Mississippi con su blues y el Magdalena con su cumbia son como un mismo río que parece que se juntara bajo el mar.
¿Qué es lo que hace que la cumbia se extienda por toda América Latina, desde México hasta Argentina?
Es una música alegre, rítmica y espiritual. Es un ritmo que marcha, que siempre va hacia adelante. Es una cosa que se te mete en el alma, la música prehispánica fue una música para las deidades.
Eso no solo vino de África, eso ya estaba en nuestro continente americano. La culturas indígenas nos dieron los poderes percutivos y espirituales de nuestra música tropical. Perdona que te lo explique de manera tan gaseosa, pero así es como lo siento.
En las Crónicas de Indias aparece como música del demonio, pero era pura conexión espiritual, de corazón.
Luego la cumbia se extendió por el continente y se quedó en los barrios de la gente más humilde, que es la gente más cercana a las culturas originarias.
Llegó a las villas de Argentina; llegó a Monterrey en México, donde a las personas que escuchan y bailan cumbia les dicen colombianos.
La cumbia ha influido hasta en los cantos de los estadios de fútbol en Argentina.
El territorio anfibio se regó por el mundo y creó cantos de ida y vuelta entre los países.
Tanto así que hay quienes no saben que la cumbia es de origen colombiano…
Mucha de la música más exitosa de hoy tiene la esencia de la cumbia, todo eso se vuelve el origen del reggaetón y los sonidos modernos.
Todo lo que nos ha dado Cuba es increíble, Cuba siempre ha sido un gran faro, Puerto Rico ni hablar, pero siempre hemos subestimado lo nuestro.
Cuando yo comencé en la música llegué a una industria donde estaban vigentes figuras como Celia Cruz, Tito Puente, Cachao. Yo tuve la oportunidad de compartir con ellos y darles gracias por el mambo, por el guaguancó. Y ellos me decían “la música más linda del mundo es la colombiana”, imagínate a esas figuras diciendo eso.
Dices que la cumbia es el género más alegre del mundo, pero también puede llegar a ser muy nostálgico…
Claro que es nostalgia, lleva la carga de la esclavitud, el negro y el indio unen su destino en nuestra América.
La cumbia es un mundo perdido que nos pertenece, pero los complejos con Europa y con el mundo nos hicieron creer el cliché de que nuestra música indígena era muy triste porque el indio era muy pobre.
Pero cuando uno trabaja en esto e investiga, comienza a darse cuenta de que es todo lo contrario, y ese es el poder que tiene la cumbia.
En mi próximo disco viene una cumbia de una tristeza terrible, pero también es la canción más alegre del disco.
La cumbia surge como mezcla la música de los indígenas con la de los esclavos africanos, pero Europa también hace su aporte con el canto y más adelante con el acordeón, ¿cómo es esa fusión?
La cumbia es una historia nativa americana a la que llega África y Europa.
Al acordeón le llamaban “el piano de los pobres”. En los pueblos donde no había dinero para una orquesta o para un pianista, una señora con un acordeón solucionaba todo.
Cuando un cumbiero criollo como Juancho Polo Valencia tomaba un acordeón, Europa llegaba a sus manos y se sentían las polkas, las mazurkas…
En Colombia somos muchos pedazos del mundo, no es que yo haga fusiones en mi música, es que somos fusiones por naturaleza, eso a veces nos cuesta entenderlo, pero la música te lo muestra clarito.
En los últimos años la cumbia ha tenido un auge dentro de la música urbana, gracias a artistas que la mezclan con ritmos más modernos. ¿Crees que eso ayuda a mantener el folclor?
Hay gente que me dice que para que el folclor no desaparezca hay que hacer muchos discos de cumbia, o de vallenato.
No, para que el folclor no desaparezca hay que cuidar el río, tenemos que cuidar al campesino, si hay violencia en nuestro campo no hay campesinos, si no hay campesinos no hay vallenatos. Si no hay ríos, ni pesca, ni mitos y la gente se empobrece, no hay cumbias.
La bailarina y folclorista Delia Zapata Olivella me decía “no se ama lo que no se conoce”. ¿Qué saben nuestros jóvenes sobre las tragedias que viven los pueblos del río cuando llega el invierno o cuando llega la sequía?, ¿del daño que causan quienes desvían las aguas o dañan las ciénagas?
Tenemos que arreglar el territorio de la cumbia que nos ha dado tantas alegrías, que el agua salada se vuelva a mezclar con el agua dulce, que vuelvan los pájaros a las ciénagas.
Es decir, salvar esos territorios es salvar las historias…
Solo con las historias de los personajes del territorio cumbiero podríamos tener un Disney, es una fuente inagotable de historias de humanidad, de ternura.
Me gustaría que le diéramos dimensión cinematográfica a nuestros mitos, a las historias de nuestros ríos.
Yo trabajo con gente de la industria del entretenimiento en otro países y veo lo que necesitan. Entonces miro hacia adentro y me doy cuenta de tantas historias que no hemos contado, tantos mundos de aventuras, somos indiscutiblemente una reserva creativa de imaginarios fantásticos, de mucha aventura, de mucha locura.
¿Está en riesgo ese entorno en el que surge la cumbia?
Está en riesgo, mando un SOS total. Está en un abandono total. La pobreza de nuestros pueblos, no solo económica, si no de educación, de orgullo.
Desde que el río dejó de ser importante ahora solo pasamos por encima en un avión y no volvimos a mirar esos pueblos.
Yo no veo conciencia en el liderazgo de valorar realmente ese territorio en lo biodiverso, en la protección del medio ambiente. No cuidamos nuestras especies, nuestra gente.
Históricamente no hemos tenido ese sentido del cuidado, porque no nos quisimos, no nos conocimos.
El territorio de la cumbia es un gran humedal, la importancia de los humedales en tiempos de cambio climático es tremenda.
El arte siempre será una vía efectiva para reconectarnos con la naturaleza. Tarde o temprano tendremos que entender por qué nacimos en este territorio.
Tenemos que ser guardianes de algo que es muy poderoso no solo para nosotros, sino para el mundo. Eso no nos pertenece a nosotros, le pertenece al planeta.
Fuente: BBCMundo