Ya ha pasado muchísimo tiempo, pero el período en la vida de nuestro planeta que empezó hace unos 770.000 años y terminó hace unos 126.000 solo tiene nombre oficial desde hace algunas semanas.
La Unión Internacional de Ciencias Geológicas acordó que la edad que inició con la última inversión conocida de los polos magnéticos de la Tierra y concluyó con el inicio del último gran período glacial debe conocerse como Chibaniano oChibaniense.
El piso Chibaniano -una de las cuatro subdivisiones del Pleistoceno, que a su vez es parte del período Cuaternario y de la era Cenozoica- hace referencia a la prefectura japonesa de Chiba, donde son observables sedimentos que dan constancia de esa reversión de los campos magnéticos.
El fenómeno es conocido como “inversión magnética de Brunhes-Matuyama” en honor al geofísico francés Bernard Brunhes -el primero en concluir que el llamado polo norte magnético alguna vez estuvo ubicado en el hemisferio- y a su colega japonés Motonori Matuyama, el primero en afirmar que el campo magnético de la Tierra había experimentado varias reversiones en el pasado.
Y los sedimentos conservados en el acantilado ubicado en Ichihara, prefectura de Chiba, permiten fijar su inicio hace unos 770.000 años, en una época de constantes glaciaciones.
“En esa sección en Chiba está uno de los mejores registros del intervalo de inversión de cualquier parte del mundo”, le explicó el geólogo Stanley Finney a Eos, una publicación especializada en noticias científicas sobre la Tierra y el espacio.
“Es un registro significativo de la historia pasada de la Tierra que nos ayuda a ver lo que puede pasar ahora“, agregó.
Fenómeno que se repite
Efectivamente, los polos magnéticos de la Tierra se están moviendo nuevamente, lo que nos podría afectar de muchas maneras.
Como le explicó la física solar Lucie Green a la BBC, “el campo geomagnético es tremendamente importante porque actúa como una barrera que nos protege de la radiación del Sol“.
Pero además, una inversión magnética también podría afectar negativamente a muchas de nuestras tecnologías.
“Los efectos probablemente los notaríamos en la infraestructura eléctrica pero también en los satélites, que son susceptibles a la radiación del Sol”, dijo el geofísico Phil Livermore.
Aunque “sabemos que la vida no se acabó (durante la última inversión)“, acotó Livermore, quien también apuntó que el proceso de inversión es tan largo que animales y humanos “probablemente se adaptarían” al mismo.
De hecho, para el inicio de la edad Chibaniense la especie humana ya había empezado a extenderse por Europa y también hay evidencia de que nuestros antepasados ya conocían el fuego.
Mientras que la mayoría de los científicos estima que la inversión Brunhes-Matuyama tomó unos 22.000 años, si bien también hay estudios que sugieren que ocurrió en menos tiempo.
Y mucho seguramente ocurrirá en la Tierra antes de que la nueva reversión magnética se complete.
Eras, períodos, épocas y edades
Efectivamente, el final Chibanense -edad que algunos geólogos también habían bautizado extraoficialmente como Ioniense pero era mejor conocida como Pleistoceno Medio- estuvo marcado por un fenómeno geológico completamente diferente: el inicio del período glacial Eemiense, hace unos 126.000 años.
Esa nueva edad -actualmente conocida como Pleistoceno Tardío o Superior- también carece de nombre oficial, aunque se corresponde con el llamado Piso Tarantiense.
Y al Pleistoceno todavía le siguió el Holoceno, la última y actual época del período Cuaternario- marcado por el fin de las glaciaciones y la rápida proliferación y desarrollo de la especie humana.
Las tres edades del Holoceno, por su parte, son la Groenlandiense, la Norgripiense y la Megalayense, que también hacen referencia a la ubicación de tres estratos de sedimentos que dan constancia de otros tres grandes eventos geológicos recientes: el final de la última gran glaciación, el brusco descenso de las temperaturas hace 8.200 años y una sequía de dos siglos de duración que empezó en el año 2.200 antes de nuestra era.
Fuente: BBC Mundo