Stefan Gossling, profesor de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad de Lund (Suecia), demostró que algunas de las personas más famosas e influyentes del mundo producen enormes cantidades de gases de invernadero que sobrepasan por cientos ,y en algunos casos por miles, las emisiones de carbono de una persona promedio.
En una investigación publicada este mes en la revista Annals of Tourism Research, Gossling logró una estimación aproximada de la huella de carbono de 10 celebridades a lo largo del 2017, analizando los viajes aéreos de cada uno de ellos: frecuencia de vuelo, uso de aviones privados, distancias recorridas, destinos visitados y emisiones generadas por las aeronaves utilizadas.
Para este fin, el economista se basó en la información de las cuentas de redes sociales (Twitter, Instagram y Facebook) de cada una de las personalidades en busca de pistas (fotos, mensajes, etc.) que le permitieran saber dónde estaban y cómo habían llegado a sus destinos. Gossling descartó cualquier otro tipo de transporte para limitar su estudio y porque, según asegura, los viajes aéreos son considerados “la actividad humana más intensiva” en términos de energía y ninguna otra “consume tanta en tan poco tiempo”.
“La crisis climática no puede abordarse mientras un pequeño pero creciente grupo de superemisores continúa aumentando su consumo de energía y retrata tales estilos de vida como deseables a través de sus redes sociales”, concluye el autor.
Gossling destaca en su estudio que ha inspirado su trabajo en la activista climática sueca, Greta Thunberg, quien ha señalado la importancia de la responsabilidad por las emisiones de gases invernadero. “Cuanto mayor sea su huella de carbono, mayor será su deber moral”, afirma la joven, que ha provocado que la comunidad internacional preste atención a las consecuencias energéticas de los viajes aéreos y la industria aeronáutica en el cambio climático.
Fuente: RT Actualidad