Para muchas mujeres, el sexo después de la menopausia no es tan satisfactorio como solía ser, pero ¿la menopausia es la única culpable?
Nuevas investigaciones sugieren que los cambios hormonales que se presentan con la menopausia solo son una de las razones por las que la vida sexual de las mujeres decae con la edad. Es verdad que muchas presentan ciertos síntomas después de la menopausia, incluyendo sequedad vaginal, coito doloroso y pérdida de la libido, y todo ello puede afectar la frecuencia y el placer de las relaciones sexuales.
No obstante, un nuevo estudio demuestra que las razones por las que muchas mujeres dejan de desear, disfrutar y tener sexo son mucho más complejas. Aunque tradicionalmente se ha culpado a las mujeres del declive sexual en una relación, la investigación demuestra que, a menudo, la salud de la pareja de una mujer es lo que determina si ella sigue siendo sexualmente activa y si continúa satisfecha con su vida sexual. La mayoría de los estudios se han enfocado por completo en mujeres heterosexuales, de modo que se sabe menos de lo que sucede con las parejas del mismo sexo después de la menopausia.
“Sabemos que la menopausia parece tener un efecto negativo en la libido, la sequedad vaginal y el dolor durante el coito”, comentó Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud de la Mujer de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. “Pero lo que indican los hallazgos de manera constante es que la pareja tiene una relevancia notable. No se trata solo de la disponibilidad de la pareja, sino también de su salud física“.
El estudio más reciente, publicado en la revista médica Menopause, está basado en la encuesta realizada a más de 24.000 mujeres que formaron parte de un estudio de detección de cáncer de ovario en el Reino Unido. Las mujeres, de entre 50 y 74 años, respondieron cuestionarios de salud de opción múltiple acerca de su vida sexual al inicio del estudio. Sin embargo, los datos de la encuesta son únicos, puesto que aproximadamente 4.500 de las mujeres también dejaron comentarios escritos, lo que les dio a los investigadores material muy valioso que arroja nueva luz sobre la vida sexual de las mujeres.
En general, el 78 por ciento de las mujeres encuestadas afirmaron tener una pareja íntima, pero menos de la mitad de las mujeres (el 49,2 por ciento) dijo tener una vida sexual activa. Las respuestas escritas de las mujeres acerca de la razón por la que dejaron de tener sexo revelaron el dolor y la tristeza detrás de esos porcentajes.
El motivo principal consistió en la pérdida de la pareja por fallecimiento o divorcio, razón mencionada por el 37 por ciento de las mujeres. Aquellas que no tenían sexo dieron múltiples razones de ese declive, por eso los porcentajes superan el 100 por ciento.
-He sido viuda durante 17 años. Mi esposo fue mi amor de la juventud, jamás habrá alguien más. (Edad: 72 años).
Algunas mujeres afirmaron que la vida era demasiado complicada como para tener tiempo para el sexo; el ocho por ciento aseveró que su pareja estaba demasiado cansada para tener sexo, y el nueve por ciento de las mujeres afirmó que también lo estaba.
-Siento que mi objetivo en la vida en este momento es criar a mi hijo de 12 años; las relaciones están en segundo lugar. (Edad: 50 años).
-Cuido de mis padres en este momento. La falta de energía y la preocupación por ellos ocasiona una reducción en mi actividad sexual. (Edad: 53 años).
-Mi esposo está ocupado con el trabajo. Yo estoy ocupada con dos hijos. Los dos nos derrumbamos en la cama al final del día. (Edad: 50 años).
Un esposo con serios problemas de salud fue otro tema común. Aproximadamente, una de cada cuatro mujeres (el 23 por ciento) afirmó que la falta de sexo se debía a problemas de salud de su pareja, y el 11 por ciento de las mujeres culpó a sus propios problemas de salud.
-No sostiene la erección con la rigidez necesaria para la penetración (después de una cirugía de próstata y de la diabetes). Mi actividad sexual se ve limitada por la salud de mi esposo. (Edad 59 años).
-Mi esposo tuvo un derrame cerebral que lo dejó paralizado. Las relaciones sexuales son muy difíciles. Sigo con él como cuidadora y compañera. (Edad: 52 años).
-Mi esposo tuvo un infarto… su tratamiento médico tiene efectos secundarios, lo cual dificulta las relaciones sexuales, y eso nos aflige. (Edad: 62 años).
Otras mujeres citaron problemas de adicción y salud mental como el motivo de su falta de sexo.
-Bebe aproximadamente una o una botella y media de whisky al día. Tenemos sexo una o dos veces al año. (Edad: 56 años).
-Mi esposo padece ansiedad y depresión, y esto afecta nuestra relación y mi sueño. (Edad: 53 años).
-Tomo un antidepresivo y eso disminuye el deseo. (Edad 59 años).
Alrededor del 30 por ciento de las mujeres afirmó que su vida sexual se detuvo por su “falta de interés“.
-He perdido todo el interés y me siento culpable, y eso me hace evitar toda mención del tema. (Edad: 53 años).
-Muchos síntomas de la menopausia han afectado mi deseo sexual y eso me parece decepcionante, porque me gustaría sentir el mismo deseo que tenía hace unos años. (Edad: 58 años).
-Me resulta incómodo y en ocasiones doloroso. Uso lubricantes vaginales, pero no ayudan mucho, así que no he tenido sexo en los últimos meses. (Edad: 54 años).
-Amo mucho a mi pareja; este problema me afecta. Sin embargo, si no tuviera pareja (para tener sexo), no lo extrañaría… Es muy difícil desear algo que no quieres. Me entristezco cuando recuerdo cómo éramos antes. Él es muy comprensivo. (Edad: 54 años).
El 21 por ciento de las mujeres comentó que su pareja habían perdido el interés en el sexo.
Quizá solo (tenemos sexo) dos veces al año. Mi pareja perdió su libido y jamás piensa en ello, aunque me ama y le preocupa. (Edad: 60 años).
Aunque la mayoría de los comentarios escritos eran de problemas con el sexo, algunas mujeres dejaron mensajes más esperanzadores.
Ya que desde hace un año tengo una nueva pareja, me doy cuenta de que mi vida sexual nunca ha estado mejor y en efecto es muy frecuente. En gran medida, esta es la razón de mi felicidad, alegría y bienestar. (Edad: 59 años).
[El sexo ocurre] con menos frecuencia que cuando éramos más jóvenes. Ambos nos cansamos, pero cuando lo hacemos es bueno. (Edad: 64 años).
La información y los comentarios fueron analizados por Helena Harder, investigadora de la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex, y sus colegas. Harder afirmó que los comentarios demuestran que los médicos necesitan conversar con las mujeres sobre temas sexuales con mayor frecuencia.
“Las mujeres dicen que lamentan que las cosas hayan cambiado. Desearían que fuera diferente”, comentó Harder. “Pero, en general, el tema no surge en las conversaciones. Las pacientes necesitan sentir que está bien hablar de sexo y formular preguntas. Si lo haces, quizá sea un gran paso hacia el cambio”.
Faubion, quien también es directora médica de la Sociedad Estadounidense de la Menopausia, señala que hay tratamientos disponibles para ayudar a las mujeres con la sequedad vaginal y el dolor durante el coito. Además, se han aprobado dos medicamentos para la libido que aumentan el deseo en las mujeres. Uno es una píldora y el otro, una solución inyectable que saldrá a la venta este otoño; no obstante, ambos medicamentos tienen inconvenientes, incluyendo el costo, límites en cuanto a cuándo pueden usarse y efectos secundarios, así que no son una buena opción para todas las mujeres, dijo.
Una mejor opción podría ser educar a las mujeres y a las parejas. Acudir a una terapia sexual puede ayudar a las mujeres a lidiar con problemas de ansiedad y bajos niveles de deseo sexual. Un terapeuta puede enseñarles a las mujeres que, aunque el deseo sexual espontáneo puede menguar, ellas pueden planificar sus encuentros sexuales, y que con frecuencia el deseo regresa una vez que la mujer está involucrada en la intimidad.
Nan Dill, una mujer de 53 años de Cincinnati con tres hijos —de 15, 18 y 21 años—, comentó que no fue sino hasta que su médico le hizo preguntas acerca de su vida sexual que se dio cuenta de cómo los bochornos y la falta de deseo relacionados con la menopausia habían cobrado factura en su vida sexual. “Pensaba: ‘La vida está llena de ocupaciones. Esto es lo que sucede'”, narró.
Dill comenzó a usar un parche de estrógenos para los bochornos y un tratamiento sin estrógenos para la sequedad vaginal. Saber que los cambios en el deseo sexual son normales les ayudó, a ella y a su esposo, a comprender que simplemente estaban entrando en un nuevo capítulo de su relación.
“Cuando tienes la información correcta, te ayuda a comprender el cambio, no solo en tu cuerpo, sino en tu alcoba”, dijo. “Aprendes que el sexo puede ser diferente, pero que seguirá siendo bueno y seguirá funcionando para ambos”.
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