Santo Domingo. – La reciente propuesta del gobierno de eliminar los incentivos fiscales a la industria cinematográfica ha generado un profundo clima de incertidumbre y desilusión entre los estudiantes de cine en República Dominicana, quienes ven cómo sus sueños de desarrollo profesional se desvanecen. La Ley de Cine, que ha sido un motor clave para el crecimiento de la industria cinematográfica local, no solo impulsó grandes producciones, sino que también abrió las puertas a jóvenes talentos que aspiraban a contribuir al crecimiento cultural y económico del país a través del cine.
Francis Disla “El Indio”, reconocido cineasta y CEO de La Aldea Estudio, subrayó la gravedad de la medida: “La eliminación de la Ley de Cine no solo afecta a las grandes producciones, sino que también pone en peligro la formación de las futuras generaciones de cineastas. Los jóvenes dependen de este apoyo para llevar adelante sus ideas y sueños”. Disla, quien ha trabajado activamente en la producción de contenido educativo y en la formación de nuevos talentos, añadió que “esta decisión reduce las oportunidades para que los estudiantes y profesionales emergentes del cine puedan seguir desarrollándose en un entorno de trabajo competitivo”.
Cándido Encarnación, psicólogo social y productor de Sinergia Films, expresó su preocupación sobre cómo esta medida afecta a las futuras generaciones de cineastas: “La eliminación de los incentivos de la Ley de Cine no solo pone en peligro la industria cinematográfica en su conjunto, sino que también arruina las oportunidades de miles de jóvenes que han invertido años de esfuerzo y formación, esperando un futuro estable en esta carrera”. Encarnación destacó que la falta de incentivos crea un vacío que puede desalentar a los jóvenes cineastas de continuar su camino en el cine. “Es devastador para quienes hemos dedicado tanto tiempo y recursos a la formación de estos jóvenes”, agregó.
Impacto directo en los estudiantes
Los estudiantes de cine, tanto los que están a punto de graduarse como los que apenas inician, se sienten profundamente afectados. Jasmine Ferreras, estudiante de 20 años de la Universidad APEC, comentó: “Mis padres inicialmente no querían que estudiara cine, fue una lucha para conseguir su apoyo. Ahora, con esta situación, están desalentados. Aunque mi madre me anima a continuar, sé que en el fondo sienten que debería buscar otra alternativa. Si en este país hubiera una visión clara sobre el futuro del cine, ni siquiera tendríamos que debatir si vale la pena estudiar esta carrera”.
Edgar Pérez, estudiante de INTEC, hizo un llamado directo al presidente de la República, Luis Abinader: “Le pido al señor presidente que no nos deje sin futuro. Nosotros hemos invertido años de estudio y esfuerzo, y la eliminación de la Ley de Cine pondrá en riesgo nuestras oportunidades. Necesitamos su ayuda para que podamos seguir adelante y contribuir al desarrollo cultural del país”.
Por su parte, Delaine Gneco, estudiante de término en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, expresó su preocupación: “Pienso que no habrá futuro cuando termine la universidad, y eso me asusta. Muchos de mis compañeros están pensando en abandonar la carrera. Aunque yo seguiré porque esto es lo que me apasiona, entiendo su preocupación. Nos están robando el sueño antes de que tengamos la oportunidad de demostrar lo que podemos hacer”.
El futuro del cine dominicano en juego
La Ley de Cine ha sido fundamental para posicionar a República Dominicana como un destino atractivo para producciones internacionales, generando empleos, inversión extranjera y fortaleciendo la identidad cultural del país. Sin embargo, la incertidumbre generada por la posible eliminación de la ley afecta gravemente a los jóvenes que están a punto de comenzar sus carreras en la industria cinematográfica.
Francis Disla “El Indio” agregó: “Es importante entender que el cine no solo es entretenimiento. Es una industria que forma profesionales, genera empleo y, sobre todo, transmite nuestra cultura al mundo. Si eliminamos este apoyo, estamos condenando a una generación de cineastas a un futuro incierto”.
Cándido Encarnación concluyó señalando que el daño psicológico que esta medida puede causar en los jóvenes es considerable: “Están perdiendo la esperanza en una carrera que les apasiona, lo que puede tener repercusiones profundas en su bienestar emocional y profesional”.
Actualmente, más de 800 estudiantes de cine se han graduado recientemente, mientras que 1,200 jóvenes continúan sus estudios en instituciones como UASD, APEC, INTEC, PCUMM, Chavón y UNIBE. La eliminación de la Ley de Cine cerraría las puertas a estos estudiantes y truncaría sus sueños de construir un futuro en el arte, la cultura y la economía del país.