El pasado abril, Jamie Foxx preocupó a sus fans tras conocerse su hospitalización por una complicación médica que no fue desvelada. Tras meses de especulaciones en torno a su salud, el actor ha reaparecido con sus primeras palabras.
Jamie Foxx dio un susto a la comunidad cinematográfica después de que su hija, Corinne Foxx, anunciara que fue hospitalizado por unos problemas de salud de los que aún se sabe muy poco.
Desde entonces, y debido al hermetismo sobre su estado, las pocas actualizaciones que la joven proporcionaba a cuentagotas por sus redes sociales, era lo único que mantenía a sus fans informados. Aunque, paralelamente, distintos medios como TMZ apuntaban a que el actor se encontraba peor de lo que parecía y que, incluso, habría estado en un centro de Chicago especializado en lesiones cerebrales graves.
Ante todos estos rumores que siempre desmintió su hija, el propio Foxx rompió su silencio con un escueto mensaje en sus redes.
Ahora, y aparentemente ya recuperado, ha publicado un vídeo en el que habla por primera vez de su misteriosa complicación médica: “Ni siquiera puedo contaros lo lejos que he llegado y lo difícil que ha sido volver”.
“He pasado por algo que nunca pensé que viviría“, ha explicado junto al motivo por el que no se había pronunciado antes. “No quería que me vierais así. Quería que me vierais riendo, pasándomelo bien, de fiesta, haciendo bromas, en una serie o una película…”, se justificó.
“Simplemente no quería que me vierais con tubos saliendo de mi cuerpo y tratando de averiguar si lograría salir de esto“, confesó. Además, quiso agradecer con los ojos llorosos la ayuda de su hija y su hermana, quienes, según sus palabras, “no han dejado que se filtrase nada y me protegieron”.
De hecho, el intérprete del próximo film de Netflix, ‘El clon de Tyrone’, no ha soltado prenda de lo que realmente le ocurrió. Eso sí, ha negado que estuviera ciego o paralizado, aunque sí que pasó por “el infierno y volví”: “Mi camino a la recuperación también tuvo baches, pero regresé para trabajar”.