Katy Perry vivió un tenso momento durante su presentación en el Chase Center como parte de su gira The Lifetimes Tour, cuando la plataforma flotante en forma de mariposa que la elevaba sobre el público presentó una inesperada falla técnica mientras interpretaba su éxito Roar.
La estructura descendió de manera brusca, provocando un pequeño grito de la cantante y obligándola a detener el canto por unos segundos. A pesar del susto, Perry retomó el show rápidamente, ganándose la admiración del público presente y de sus seguidores en redes sociales, que elogiaron su profesionalismo y capacidad de mantener la calma.
Lo ocurrido ha recordado otro incidente reciente protagonizado por Beyoncé, quien hace apenas unas semanas tuvo que detener su concierto en Houston. En ese caso, el vehículo aéreo desde el que cantaba comenzó a inclinarse peligrosamente, generando momentos de tensión entre los asistentes y el equipo técnico.
Tanto Perry como Beyoncé han demostrado sangre fría frente a situaciones potencialmente peligrosas, pero estos episodios han reavivado el debate sobre el uso de estructuras voladoras en espectáculos cada vez más ambiciosos y visualmente impactantes.
Los videos de ambos momentos se han vuelto virales, dejando claro que, aunque la tecnología puede llevar los conciertos a otro nivel, también implica riesgos que no deben subestimarse.
