La presentadora Pamela Sued y su esposo, el productor Giancarlo Beras Goico, vivieron uno de los momentos más emotivos como padres al despedir a su hijo en lo que fue su primer campamento fuera del país. A través de publicaciones en redes sociales, Sued compartió con total sinceridad cómo vivieron la experiencia, desde los preparativos hasta el inevitable adiós.
La jornada comenzó con compras de última hora: espinilleras, desodorante, jabón, cepillo de dientes, cuadernos y lapiceros, todo listo para el campamento de fútbol que asistiría su hijo. Pero antes del viaje, la familia hizo una parada especial para disfrutar de un lobster roll, mientras repasaban consejos y recomendaciones para la aventura que iniciaba el pequeño.
Uno de los momentos más memorables fue cuando el head counselor del campamento reconoció a Giancarlo Beras: “Fue su compañero de cabina en 1995. ¡Hasta se acordó de don Freddy!”, contó Pamela entre risas y nostalgia. La bienvenida al campamento fue con el típico humor juvenil: “¡Chequear que no tenga piojos!”, relató.
“Me morí 700 veces cuando vi dónde él va a dormir. Le organicé todo y me porté como una campeona”, dijo Pamela, quien también se emocionó al ver la bandera dominicana ondeando entre las demás de distintas nacionalidades. “El lugar es una belleza”, comentó conmovida.
La última foto familiar antes de la despedida fue el punto de quiebre. “Las lágrimas me inundaban, no podía casi ni hablar. Nos despedimos, empecé a caminar y nunca más miré hacia atrás. No recuerdo cuándo fue la última vez que lloré así”, confesó la comunicadora en un video donde apenas podía contener el llanto.
Entre lágrimas, risas nerviosas y hasta un toque de humor, Pamela reveló que al salir del campamento solo pensaba: “Lo único que quería era caerle a galletas allá en casa”, en referencia a que la idea del campamento había sido de Giancarlo. A lo que él respondió con ternura: “Te voy a llevar a darte un traquito para que te calmes”.
La experiencia, aunque dolorosa para ellos como padres, marca un paso importante en la vida de su hijo, y deja claro que la familia Beras-Sued vive cada etapa con amor, entrega… y mucho corazón.
