En un emotivo testimonio, Raphy Pina nos relata un punto de inflexión en su vida, cuando creyó que proteger a su familia implicaba tomar decisiones drásticas y cargar con armas. “Estaba listo pa’ una guerra”, confiesa, refiriéndose a esa batalla imaginaria que se vivía desde el miedo, el orgullo y una falsa sensación de poder. Sin embargo, la realidad le mostró que la verdadera protección no se logra imponiendo fuerza, sino estando presente para los que amamos.
Con el paso del tiempo y las consecuencias de sus acciones, Pina comprendió que el verdadero valor reside en la cercanía, en luchar día a día con amor, respeto y disciplina. “La familia se protege con presencia, con el ejemplo y con la honestidad”, recalca, haciendo un llamado a dejar de lado los códigos falsos que muchas veces nos alejan de lo esencial.
Hoy, Raphy Pina se compromete a nunca más fallar a quienes más ama. Su mensaje es una invitación a replantear qué significa ser un hombre verdadero: no aquel que impone miedo a través del poder o las armas, sino quien defiende a su familia con la fuerza de su compromiso, de su ejemplo y de su fe en Dios.Este relato no solo es una confesión personal, sino un recordatorio para todos: la lucha interna puede transformarse en la batalla más importante, aquella por la integridad y el bienestar de nuestros seres queridos.
