Cuando Zidane enganchaba el balón con suavidad, con la delicadeza de un bailarín, solía decirse que el francés parecía estar practicando ballet. Lo que no sabíamos es que esto que parecía ser una simple metáfora, algún día se convertiría en realidad en su tierra.
El discofoot, es el fútbol al ritmo de la música, y mezcla las habilidades del deporte rey con la danza clásica francesa. En él, los participantes tienen el objetivo del gol pero siempre con una transición artística.
Es “una fiesta de baile tan loca como atractiva” donde saltarse las reglas al ritmo de una coreografía marcada por un DJ. “Aquí no solo se necesita marcar goles para marcar”.
El festival Montpellier Danse organizó, este domingo 30 de junio, un improbable partido de fútbol coreografiado en la Place de la Comédie. En el terreno de juego, no había Kylian Mbappé ni Antoine Griezmann, sino los frenéticos bailarines del CNN Ballet de Lorraine.
Con coreografía de Petter Jacobsson y Thomas Caley, y obviamente bajo la dirección de un árbitro, todos jugaron un partido de Discofoot, en el marco del festival Montpellier Danse.