EEUU.- Una película que imagina una segunda guerra civil en el futuro próximo en Estados Unidos reavivó los temores sobre lo dividido que está el país de cara a las presidenciales de noviembre.
“Civil War”, que se estrenó en el Festival SXSW la semana pasada y llegará a los cines en abril, retrata a un presidente de tres mandatos –uno más de lo permitido– en Washington luchando contra las fuerzas separatistas de California y Texas.
La película sigue a un equipo de periodistas (encarnados por la estadounidense Kirsten Dunst y el brasileño Wagner Moura) que recorren una nación destruída, donde el FBI fue disuelto y drones de las fuerzas armadas lanzan ataques contra los civiles.
En las primeras reseñas, The Atlantic destacó que la película tiene una “resonancia incómoda en estos tiempos políticamente polarizados”. Rolling Stone dijo que “podría confundirse accidentalmente con el presente”.
Pero, ¿qué tan posible es este escenario?
Donald Trump fue criticado recientemente por bromear sobre ser “dictador” desde “el día uno” si gana las elecciones y regresa a la Casa Blanca. El expresidente enfrenta cargos por conspirar para anular los resultados de los comicios de 2020, cuando perdió frente al demócrata Joe Biden.
Biden, quien busca la reelección, acusó a su predecesor de abrazar la “violencia política”.
Una encuesta del Public Religion Research Institute (PRRI) el año pasado reveló que el 23% de los estadounidenses coinciden en que “verdaderos patriotas pueden recurrir a la violencia para salvar al país”.
Las élites políticas y el Congreso están más divididos que nunca, pero la polarización en la ciudadanía está “sobredimensionada”, opinó William Howell, profesor de ciencia política de la Universidad de Chicago.
Las respuestas a preguntas vagas en las encuestas no reflejan necesariamente la realidad acerca de cómo se comportarán las personas, indicó. “No creo que estemos a un paso de una guerra civil”, dijo.
– “Horrible” –
En cambio, el autor Stephen Marche cree que “Estados Unidos es un caso de estudio de un país que se enfila hacia una guerra civil”, pero no como se muestra en la película.
El libro de Marche, “The Next Civil War: Dispatches from the American Future” (La próxima Guerra Civil: Notas desde el futuro de Estados Unidos), utiliza modelos de ciencia política para sugerir cinco escenarios que podrían desencadenar un conflicto interno generalizado.
Por ejemplo, el enfrentamiento de milicias antigubernamentales con las fuerzas federales o el asesinato de un presidente.
La violencia política “se vuelve aceptable y, en cierto sentido, inevitable, porque la gente no siente que su gobierno sea legítimo y le parece que, por tanto, la violencia es la única respuesta”, afirmó Marche.
“Yo diría que, hasta cierto punto, eso ya ocurrió en Estados Unidos”.
En el libro de Marche, el coronel retirado del ejército estadounidense Peter Mansoor afirma que un nuevo conflicto “no sería como la primera guerra civil, con ejércitos maniobrando en el campo de batalla”.
“Creo que sería una batalla campal, de vecino contra vecino, basada en las creencias, el color de la piel y la religión. Y sería horrible”.
– “Fallas y presiones” –
En su película, el director Alex Garland elude de forma deliberada los orígenes concretos del conflicto.
Garland afirma que la película pretende ser “una conversación” sobre la polarización y el populismo.
“No necesitamos que nos lo expliquen: sabemos exactamente por qué puede ocurrir, sabemos exactamente cuáles son las fallas y las presiones”, dijo Garland en el estreno de la producción la semana pasada en Texas.
El “presidente de tres mandatos” de la película parece invocar los temores de muchos estadounidenses de que Trump, si es reelegido, intentará desconocer el plazo máximo de dos períodos presidenciales y quiera buscar un tercero.
“Es difícil pensar lo contrario, si le tomas la palabra, y creo que nos equivocaríamos si no lo hiciéramos”, dijo Howell.
De llegar a ese escenario, según Marche, hablar de una guerra civil podría ser ya redundante.
“Si hubiera un presidente de tres mandatos, Estados Unidos se habría terminado”, dijo. “Ya no habría Estados Unidos”.