La cantante brasileña vivió un gran susto médico.
Anitta lleva años causando sensación con su música y su sex-appeal dentro y fuera del escenario. La cantante de 30 años es como una embajadora de la buena vida que siempre nos invita a disfrutar cada día al máximo, sin miedo y sin vergüenza.
Sin embargo, incluso ella ha vivido momentos difíciles que la han obligado a reagruparse con sus seres queridos y enfocarse más en su salud.
Así lo dejó ver esta semana, mientras promueve su nueva trilogía Funk Generation: A Favela Love Story, un trabajo que nació luego de una complicada etapa, en la que incluso llegó a temer por su vida.
“El año pasado me puse muy enferma en el final del año”, dijo a El gordo y la flaca. “No descubrían lo que yo tenía, iba al hospital”.
La estrella de “Envolver” luego confesó que sus médicos llegaron a creer que ella tenía cáncer.
“Estaba en el hospital por cinco meses, dejé de trabajar hasta que una prueba mía de sangre vino con un indicador de cáncer muy alto”, reveló.
Su cuadro era tan preocupante que ni siquiera los médicos lograban dar con un diagnóstico preciso. Esto hizo que Anitta buscara métodos alternativos para sanar su cuerpo, mente y espíritu.
“Empecé a ir a buscar curanderos y autoconocimiento, también medicina natural. Empecé a buscar una razón”, confesó. “Creo que el cuerpo habla y cuando tienes algo que nadie sabe explicarte, yo fui a buscar las respuestas”.
Afortunadamente, un mes después, cuando volvió al hospital, el preocupante indicador de cáncer no aparecía en sus estudios y sus nuevos resultados fueron favorables.
El susto de Anitta llegó el mismo año que su padre Mauro Machado fue hospitalizado tras sufrir un derrame cerebral. En medio de esta crisis, su médico decidió hacer una revisión completa y detectaron cáncer en su pulmón.
En junio de 2022, la estrella compartió esta experiencia, y reveló que después de una cirugía, su padre estaba 100% curado del cáncer.
Como bien reza el dicho, después de la tormenta llega la calma, y Anitta salió renovada después unos meses duros.
“Cuando volví a la vida real había cambiado demasiado… [Tenía] una vida loca, con alcohol, fiesta”, admitió sobre sus viejos hábitos. “Ahora no, estoy en meditaciones, terapias, piedras, cristales”.
“Yo era una perra y ahora ya no más. Así nació la canción ‘Used To Be’, hablando de la vida loca que tenía yo y ahora que estoy más tranquila”.