El maestro digirió la Orquesta Sinfónica en este concierto que contó con las interpretaciones de las solistas Nathalie Peña-Comas y Glenmer Pérez de República Dominicana; Günter Haumer y Tuomas Katajala, de Austria y Finlandia, respectivamente.
Santo Domingo. En cada presentación, el maestro José Antonio Molina da lo mejor de su talento y amor por la música. El encuentro más reciente con su público fue en el cierre con broche de oro de la celebración del 50 aniversario del Teatro Nacional.
Junto al coro del 50 aniversario del Teatro Nacional y más de 100 voces que se unieron para esta celebración inolvidable, el maestro dirigió la Orquesta Sinfónica en la Sala Carlos Piantini de este importante aforo.
Este inolvidable concierto contó con las maravillosas actuaciones de las solistas Nathalie Peña-Comas y Glenmer Pérez de República Dominicana, Günter Haumer, de Austria y Tuomas Katajala, de Finlandia.
El maestro José Antonio Molina expresó que es literalmente imposible ser testigo de una interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven sin ser positivamente impactado para siempre por el milagro de esta obra que nos enriquece y nos transforma cada vez que tenemos la dicha de escucharla.
“Yo dirigí mi primera Novena de Beethoven en el año 1990, y desde entonces he tenido la dicha inmensa de dirigirla por lo menos doce veces, es decir, que he vivido por más de tres décadas con esta música, la que he estudiado y reestudiado. He descubierto y redescubierto pequeños y grandes milagros cada vez que abro esta partitura y les confieso que no me he cansado de ella ni siquiera por un breve instante”, indicó.
Asimismo, dijo que el idioma de esta obra no solo es perecedero en el tiempo, sino que antes, compositor alguno había estado tan cercano al concepto de la universalidad. “Celebrar el 50 aniversario de Teatro Nacional con la Novena de Beethoven es celebrar un nuevo aniversario de la existencia de la música misma”.
Carlos Veitía, director general y artístico del Teatro Nacional Eduardo Brito afirmó que para esta celebración era ideal que se presente este magno concierto con la Novena Sinfonía de Beethoven que constituye un himno de unidad del canto a la alegría en todo el mundo.