Santo Domingo.- A más de un mes de anunciar que está en la dulce espera, la comunicadora Carolina Santana reveló a través de sus redes sociales los momentos difíciles que le ha tocado vivir desde el inicio de su embarazo.
En su cuenta de Instagram, Carolina contó que ha sufrido hiperémesis, que es la presencia de náuseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo, lo cual la llevó a ser hospitalizada varias veces, perder peso y hasta pérdida del conocimiento.
Además, estuvo en amenaza y se desmayaba hasta 3 veces por noche “descompensada porque no lograba mantener nada en el estómago desde hacía más de un mes”.
Luego, fue diagnosticada con anemia y más adelante con diabetes gestacional.
A continuación la publicación íntegra de la comunicadora.
“Los malestares empezaron temprano, pensaba que era normal…y resultó ser hiperemesis. No simples nauseas, sino una incapacidad patológica de mantener cualquier comida o bebida. Me mandaron a canalizar 3 veces. En el proceso, perdí 20 libras en 2 meses, me desperté un día con una amenaza y perdía el conocimiento hasta 3 veces en una misma noche, descompensada porque no lograba mantener nada en el estómago desde hacía más de un mes.
Cuando superamos esa etapa, entonces resulté con anemia, y cuando volví a comer normal, con diabetes gestacional.
Soy una paciente dura, no me tiro a sufrir ni me alarmo, pero nada se ha sentido así, ni dengue, ni covid sin vacuna, ni covid con vacuna, ni partirme la tibia, ni hemorragia interna, ni postoperatorio… nada, ni cerca.
Pero lo peor a sentir -y lo dice alguien que cree en la valentía como un credo- es ese terror inmenso de que algo pudiera estar mal. Hablar con mi esposo y mi familia me aliviaba, pero a veces no quería mortificarlos, porque con todos los análisis fuera de rango, era hacerlos partícipes de un terror que yo sabía que podía ahorrarles. El día de la amenaza mi mamá y mi hermana llegaron aquí en corto tiempo, ya hinchadas de llorar.
Hoy escribo esto para agradecer con el alma a @mljose y a José Luís de @momatoscorredores, porque por momentos me cruzaban por la mente escenarios muy duros, miedo a que ese estado en el que yo estaba implicara que el bebé sufriera y necesitara algo complicado o un servicio de salud muy específico.
En ellos encontré la tranquilidad que desesperadamente necesitaba, la de que habría cómo dar con lo que el bebé necesitara, donde sea y como sea. No me avergüenza decir que esta primeriza no sabía suficiente ni de embarazo ni de seguros, y estaba aterrorizada en medio de una duda inmensa, paralizante, que ellos aliviaron siempre.
Ahora que lo peor pasó, que en la última sonografía vi a mi bebé chupándose el dedo tranquilito en la barriga, me pregunto ¿con qué palabras exactamente le agradece una a quien te acompaña en ese proceso, qué le puede decir una, qué hago con esto, dónde se pone?
Yo misma no sé. Lo pongo aquí, porque no sé cómo más entregarlo y no me cabe en el corazón”. 🤍