"20.000 especies de abejas" lanza debate sobre los menores trans en la Berlinale

"20.000 especies de abejas" lanza debate sobre los menores trans en la Berlinale

La película “20.000 especies de abejas”, primer largometraje de la española Estíbaliz Urresola, lanzó este miércoles en la Berlinale el debate sobre los menores transgénero, tras la aprobación de una controvertida ley en España.

Con delicadeza, la cámara sigue los pasos de Aitor, un niño de nueve años que viaja con su madre (Patricia López) y su hermano a la casa de la abuela para pasar las vacaciones. El padre se queda atrás, trabajando.

La casa familiar es un punto de reencuentro, pero también el lugar donde todos deberán posicionarse ante una realidad obstinada: Aitor dice que es una niña, y como una niña quiere ser tratado.

La película transcurre en el País Vasco, y ha sido filmada en español y euskera.

En su primer largometraje, esta directora española de 38 años aborda frontalmente el tema: con la cámara al nivel de los niños, de sus miradas y de sus cuerpos. Y además desde una posición radicalmente feminista.

Para interpretar a Aitor (Lucía) Urresola escogió a una niña, Sofía Otero, tras pasar revista a más de 500 candidatas.

Una niña intérprete

“Al principio me encantaba la idea de que pudiera ser un niño trans o una niña trans (…) pero en seguida me di cuenta de que el personaje de Lucía tiene un peso tan importante en la película, y atraviesa una tal cantidad de registros y de emociones, que tenía que priorizar por encima de todo (alguien) que pudiera darme eso”, explicó en entrevista con la AFP antes del estreno.

“Cuando le hice la prueba final a Sofía Otero, fue tan apabullante su capacidad y la versatilidad con la que se movía por distintas escenas… Fue como una evidencia”, añadió.

“Ese es el mensaje esencial: estos niños los lo que necesitan es la legitimación por parte de sus seres más queridos. Si no tienen esa primera instancia asegurada, de afecto y de reconocimiento, van a sufrir mucho”, declara Urresola.

Los hombres están significativamente ausentes en la película. El abuelo escultor murió, y su figura pesa mucho en la vida de la madre.

La película solo muestra la etapa inicial de esa transformación, que en España tiene ya además una salida legal, a través de la recién aprobada “ley trans”.

Polémica ley española

La ley, aprobada la semana pasada, abre la puerta a que cualquier persona a partir de los 16 años cambie libremente de género, a nivel administrativo, mediante un sencillo procedimiento.

“Yo creo que la cuestión de la identidad es un misterio. Yo intento llegar cada vez más lejos en mis preguntas”, asegura Urresola.

Pero esta joven directora reconoce que las respuestas tampoco son fáciles.

La tolerancia familiar es importante para que esos menores con disforia puedan afrontar su vida con serenidad, confirman los expertos.

Pero la transformación física es mucho más controvertida.

Los testimonios desgarradores de jóvenes adultos que se arrepienten de haberse sometido a operaciones quirúrgicas o tratamientos hormonales han reavivado el debate científico y legal.

Suecia decidió hace un año frenar las terapias de hormonas para menores, alegando la necesidad de observar “precaución”, algo que ya había hecho Finlandia dos años antes.

“Creo que todo sería mucho más fácil si existiera ese lugar intermedio entre entre los sexos, entendiendo la identidad sexual o la identidad de género como un continuum y no como un sistema binario”, aduce la realizadora.

Es la primera vez que una directora española concursa por el Oso de Oro en Berlín con su primer largometraje.

El año pasado Carla Simón ganó el Oso de Oro también con una historia familiar, “Alcarràs”, contada en parte a través de la mirada de los niños.

Y en esta Berlinale también aspira al máximo galardón “Tótem”, de la mexicana Lila Avilés, una historia familiar también con una niña protagonista.

Urresola tiene un cortometraje en su haber, “Cuerdas”, sobre la lucha de una abuela contra una fábrica que contamina el valle donde vive.

“Cuerdas” fue presentado en la Semana de la Crítica de Cannes el año pasado y ha ganado galardones como el del reciente Festival de cortometrajes de Clermont-Ferrand.