Cinco años después del inicio del movimiento #MeToo, el actor Kevin Spacey se sentó este jueves en el banquillo de la justicia en Nueva York por una demanda civil presentada por el también actor Anthony Rapp, quien lo acusa de agresión sexual en 1986 cuando tenía 14 años.
Spacey de 63 años llegó al Tribunal Federal de Manhattan con aspecto relajado y sonriente, vestido con un traje azul, camisa blanca y corbata azul claro, precedido por su denunciante.
Tras la selección del jurado, que se encargará de condenar o exculpar al actor por hechos ocurridos hace casi cuatro décadas, los abogados de la acusación y la defensa presentaron dos puntos de vista opuestos de un mismo hecho: que el joven Rapp estuvo en una fiesta en el estudio que ocupaba Kevin Spacey en Manhattan cuando empezaba a labrarse un nombre en el mundo de la actuación, en particular en el teatro.
A partir de ahí, todo difiere. Para Peter Saghir abogado de Rapp, un Kevin Spacey que abusaba del alcohol y las drogas, se encontró al joven viendo televisión en su cama cuando se fueron los invitados, lo recostó y se puso encima obligándole a llevar sus brazos por encima de sus hombros. Anthony Rapp se zafó y se fue al baño, “un lugar seguro” y un “lugar para tranquilizarse” antes de ir a la puerta de entrada, donde el protagonista de House of Cards y ganador de dos Oscars, le preguntó “¿Estás seguro que quieres irte?”
“Si había dudas de sus intenciones ahora estaba claro como el agua”, dice el abogado. Y sus intenciones eran que “trató de satisfacer su deseo sexual” con el joven actor que estaba en una gira con su compañía de teatro en Nueva York.
Pero según la abogada de Kevin Spacey, Jennifer Keller, éste invitó al joven actor y a un amigo de éste de 18 años, John Barrowman, que estaba de visita en Manhattan porque estaba interesado en este último, “guapo, alto, gran actor”. Para que no quedaran dudas, mostró fotos de ambos.
Rapp asistió solo, porque su amigo había regresado a Chicago. Y como no conocía a nadie, se fue a ver la tele solo al fondo de la pieza, donde estaba la cama.
Según la abogada, con planos del apartamento al apoyo, la versión de Rapp “solo funciona si había una pared”, es decir un cuarto separado en la estancia de un solo ambiente.
Ante el apagón profesional y los ataques en las redes sociales, Kevin Spacey Fowler “quiere justicia”, dijo la abogada, que “urge, pide y espera” de los doce miembros del jurado a lo largo de dos semanas que se prevé dure el juicio, no condenen “algo que no ocurrió”.
El actor, doblemente ganador del Óscar por “Los sospechosos de siempre” y “Belleza americana”, ha desaparecido de las pantallas desde octubre de 2017, cuando se convirtió en uno de los primeros afectados por las denuncias del movimiento global #MeToo, surgido en Estados Unidos.
“No hubo besos, ni erección, ni tocamientos en los genitales” como ha reconocido el propio denunciante al que acusó de contar “diferentes versiones” de los hechos en las que siempre “omitió” la presencia de su amigo John Barrowman.
“Lo suprimió” por el “doloroso hecho de que no era el centro de atención de Kevin Spacey”. Y es que, según la abogada, “quería ser un adulto” y discutía con su madre que dejó su puesto de enfermera para llevar a su hijo por todo el país para que se convirtiera en un gran actor.
– 40 millones –
Rapp, protagonista de la serie “Star Trek: Discovery”, le reclama 40 millones de dólares por la “angustia emocional” que ha sufrido desde entonces.
El cargo inicial de “agresión sexual” finalmente no fue confirmado por el juez Kaplan, debido a hechos considerados prescritos y que no están contemplados por la Ley de Protección Infantil de Nueva York de 2019.
El juez imputó a Spacey el cargo de “daño a la integridad física” de Rapp, quien a raíz del abuso habría padecido “angustia emocional”, según un documento judicial de junio.
A finales de octubre de 2017, Rapp acusó por primera vez a Spacey con todo tipo de detalles en declaraciones al medio BuzzFeed News y en septiembre de 2020 presentó una denuncia contra Spacey por insinuaciones y supuesta agresión sexual en aquella fiesta en 1986.
Al día siguiente, Spacey, que ha asegurado no recordar nada de ese episodio, le presentó en Twitter sus “sinceras disculpas” por su “comportamiento (de hombre) borracho y profundamente inapropiado”.
Kevin Spacey ya ha tenido problemas con la ley en Estados Unidos y Reino Unido. En Londres está siendo procesado por agresiones sexuales a tres hombres entre marzo de 2005 y abril de 2013, cuando era director de un teatro, y de las que se declaró inocente el pasado mes de julio.