Justin Bieber se presentó ante una multitud en la ciudad de Yeda, en Arabia Saudita, y cantó algunos de sus éxitos más populares. El concierto del domingo por la noche tuvo lugar aun cuando defensores de los derechos humanos y activistas pidieron al astro pop que cancelara su actuación en protesta por los arrestos del reino y la represión a sus críticos.
La esposa de Bieber, la modelo Hailey Baldwin Bieber, publicó un video en Instagram en apoyo del cantante con las palabras: “Vamos amor”. Otros videos en redes sociales mostraron a Bieber solo en el escenario, vistiendo un traje rojo coordinado. El cantante de pop y R&B Jason Derulo se presentó antes de Bieber con bailarinas en pantalones deportivos y blusas holgadas.
Hace sólo unos años, esto habría sido una escena impensable en Arabia Saudita, donde prevalecían las normas ultraconservadoras. Los conciertos estaban prohibidos y los hombres y mujeres solteros eran segregados en los espacios públicos. El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, está detrás de los cambios radicales que buscan modernizar la sociedad, atraer inversiones extranjeras y crear empleos para los jóvenes.
Human Rights Watch y otros, sin embargo, han pedido a las celebridades que boicoteen el reino, diciendo que tales eventos tienen como objetivo desviar la atención y desviar el escrutinio del historial de derechos humanos de Arabia Saudita.
Bieber fue el artista de mayor renombre que subió al escenario como parte del Grand Prix de Arabia Saudita, en el que Lewis Hamilton ganó la penúltima carrera de la temporada de Fórmula Uno.
El cantante canadiense no ha hecho declaraciones sobre la presión pública en torno a su actuación y los pedidos de que cancelara el espectáculo. Semanas antes de su concierto en Arabia Saudita, la prometida del crítico saudí asesinado Jamal Khashoggi se unió a un coro de voces que lo instaban a no presentarse en la carrera de F1 del reino.
En una carta abierta publicada por el Washington Post, Hatice Cengiz había exhortado al superastro a cancelar su actuación para “enviar un poderoso mensaje al mundo de que su nombre y talento no serán usados ??para restaurar la reputación de un régimen que mata a sus críticos”. Señaló que la decisión de organizar la carrera de F1 e invitar a una estrella como Bieber “viene directamente” del príncipe heredero.
Pero al igual que otros artistas, como Mariah Carey en 2019, Bieber actuó de todos modos ante fanáticos emocionados. No está claro cuánto se les ha pagado a las celebridades por sus apariciones en el reino. Los jóvenes sauditas son los principales asistentes a estos conciertos, y disfrutan de los nuevos cambios sociales del país.
El príncipe Mohammed asistió a la carrera de F1 y en redes sociales se lo vio posando en selfies con jóvenes sauditas que hacían fila para conocer al poderoso heredero al trono. La carrera de F1 marcó la primera vez que el reino alberga el principal evento deportivo, aunque ha sido sede de la carrera menos conocida de Fórmula E y otros eventos deportivos en los últimos años en un esfuerzo por elevar el perfil del país como destino turístico.
En el momento del asesinato de Khashoggi a fines de 2018, se elogiaba al príncipe heredero por transformar la vida de muchos dentro del país. Mientras tanto, Khashoggi escribía columnas para el Washington Post para llamar la atención sobre los descarados movimientos de política exterior del príncipe y la represión simultánea de activistas y críticos, entre ellos activistas por los derechos de las mujeres, escritoras, clérigos y economistas.
Khashoggi fue asesinado por un equipo de agentes saudíes que trabajaban para el príncipe heredero durante una visita al consulado saudí en Estambul para obtener papeles para casarse con su prometida turca.
Una evaluación de inteligencia de Estados Unidos hecha pública bajo la presidencia de Joe Biden determinó que el príncipe heredero aprobó la operación. El príncipe Mohammed ha sostenido que no tenía conocimiento previo de la operación.
El concierto de Bieber en Arabia Saudita llega poco antes de su gira mundial del próximo año. La gira es promovida por Live Nation, la compañía propietaria de Ticketmaster. El fondo de riqueza soberano de propiedad estatal de Arabia Saudita, dirigido por el príncipe Mohammed, se encuentra entre los mayores tenedores institucionales de Live Nation, con una participación de unos 1.400 millones de dólares.