El lujo italiano codeándose con la alta sociedad, rodeado de firmas de gran reconocimiento que no le llegaban ni a la suela de la famosa zapatilla blanca de rayas verdes y rojas, ganando terreno hasta distinguirse como la marca más suntuosa de Florencia. Gucci se ganó el respeto de sus competidores y ahora su historia da un salto a la gran pantalla.
Fue el joven Guccio Gucci, trabajador inmigrante de un hotel en París y luego en Londres, quien quedó tremendamente maravillado por el lujoso equipaje que llevaban los huéspedes urbanos del Hotel Savoy. De ahí nació la idea, al regresar a su lugar de nacimiento de Florencia, de establecer una tienda de artículos caros de cuero fino con un sofisticado estilo clásico. Con ello llegó su expansión a Milán y Roma, gracias a la ayuda de sus tres hijos Aldo Gucci, Vasco Gucci y Rodolfo Gucci. Después fabricaron bolsos con las características bandas rojas y verdes prominentes y entonces apareció el símbolo de Gucci, diseñado por Aldo.
Con un triunfo inigualable y productos entre los más copiados del mundo, el futuro Gucci se vio ensombrecido en la década de los 80 por las disputas familiares que llevaron a la empresa al borde del desastre. Precisamente de esa disputa trata la película dirigida por Ridley Scott y protagonizada por la prestigiosa Lady Gaga, acompañada del galardonado actor Adam Driver.https://www.youtube.com/embed/pGi3Bgn7U5U?feature=oembed
Historia real de la Casa Gucci
El hijo de Rodolfo, Maurizio Gucci, tomó el cargo de director de la compañía después de la muerte de su padre en 1983, despidiendo a su tío Aldo, quien cumplió una pena en prisión por evasión de impuestos. Pero esta fue la única decisión buena que tomó porque Maurizio resultó ser un fracasado como presidente, y en 1988 se vio obligado a vender la empresa a Investcorp. 18 años antes conocería a Patrizia Reggiani.
La célebre frase «es mejor llorar en un Rolls-Royce que ser feliz en una bicicleta», no podía ser de otra persona que de Patrizia Reggiani, quien la pronunció en una entrevista italiana cuando gracias a Maurizio pasó a formar parte de lo más alto de la élite italiana. Una frase que representaba el lujo y el glamour que le habían acompañado durante toda su vida.
Reggiani nació en un pequeño pueblo italiano, a las afueras de Milán (Vignola, Provincia de Módena). Una niña humilde de 12 años que cambió su perspectiva cuando su madre se casó con el rico empresario de la industria del transporte, Ferdinando Reggiani, quien empezó a agasajar a Patrizia con abrigos de piel y coches deportivos.
Una fiesta celebrada en noviembre de 1970 uniría al empresario Gucci y a la hija adoptiva de Reggiani para siempre -o eso pensaban-. Se casaron dos años más tarde y en 1977 nació Alessandra, 4 años previos al nacimiento de Allegra.
Un matrimonio que nunca tuvo la bendición de Rodolfo Gucci, por su pensamiento de caza fortunas hacia Patrizia, y que comenzó a deteriorarse tras la muerte del creador de la marca de lujo. Las presiones de Reggiani a Maurizio sobre cómo gestionar la empresa crearon tensiones en la relación y finalmente, Gucci abandonó a Patrizia en 1985. 6 años después se concedieron el divorcio.
Patrizia siempre había albergado la esperanza de que Maurizio regresara a casa y poder convivir como matrimonio, pero entonces el empresario empezó a salir con otras mujeres y la ‘vignolesi’ lo dio por perdido.
En 1992 a Patrizia le diagnosticaron tumor cerebral -que pudo eliminarse sin grandes consecuencias- y le pidió a su exmarido que se encargara de sus hijas, pero él se negó. Tres años más tarde, Maurizio decidía darle a Patrizia una mensualidad de más de 89.000 euros con la prohibición de usar algunas de sus lujosas viviendas, beneficiando a su entonces pareja Paola Franchi. Algo que a la ‘Joan Collins de Monte Napoleone’ -como llamaban a Patrizia en conmemoración a la famosa calle elegante de Milán, famosa por sus comercios de moda y joyas- no le hizo ninguna gracia, jurando que quería su muerte.
Asesinato de Maurizio Gucci
Maurizio Gucci fue asesinado la mañana del 27 de marzo de 1995 a los 46 años, después de recibir cuatro disparos, en el hombro y en el brazo, de un hombre desconocido.
Tras el homicidio, Patrizia no tardó en mudarse junto a sus dos hijas a la casa en la que vivían Maurizio Gucci y Paola Franchi hasta que dos años después, el 31 de enero de 1997 fue arrestada en la puerta de esa casa, por una acusación de mariticidio.
En junio de 1998 fue juzgada por el Tribunal de Milán que llevaría a condenarla en noviembre de ese mismo año a 29 años de prisión como la culpable del asesinato de Maurizio Gucci a través de un sicario al que pagó 334.091 euros, renombrándose como «la viuda negra de la moda«.
A Patrizia le ofrecieron la posibilidad de acceder a un tercer grado que procedería a la realización de trabajos sociales fuera de la cárcel, pero ella lo rechazó, comunicándole a su abogado que «nunca he trabajado en mi vida y desde luego no voy a empezar ahora», según The Guardian. Finalmente cumplió 18 años de condena.
Estreno ‘House of Gucci’
El pasado marzo Patrizia, que hoy tiene 72 años, le expresó a la prensa italiana que estaba molesta «por el hecho de que Lady Gaga me interprete en la nueva película de Ridley Scott sin haber tenido la consideración y sensibilidad para venir a conocerme» y su descontento por no estar involucrada en el proyecto y no recibir «ni un solo euro de la película».
House of Gucci, combatiendo contra la nueva era del consumidor de series y vídeos bajo demanda, se estrenará el viernes 26 de noviembre en todos los cines de España.
La película está basada en el libro The House Of Gucci: a sensational story of murder, madness, glamour, and greed, escrito por Sara Gay Forden, quien recopila todos los hechos y declaraciones del mediático asesinato y vida anterior y posterior de la familia Gucci.