La cinta Sound of Metal (El Sonido del Metal) obtuvo el Oscar por Mejor Sonido en la reciente edición de los premios.
VOA.- Para la venezolana María Carolina Santana, su abuelo es el gran responsable del amor que siente por el sonido y por el arte en general. También es el artífice de que más que un hobby, aquella pasión se transformara en una profesión que le ha dado mucho a lo largo de su carrera.
Tanto así que la noche del domingo 25 de abril la premió con uno de los recibimientos más importantes en la industria del espectáculo: un Oscar.
La ingeniera de sonido de 31 años colaboró en la edición de sonido de Sound of Metal (El Sonido del Metal), la cinta que obtuvo el Premio Oscar por Mejor Sonido en la edición de los premios de la Academia de Cine de EE.UU. 2021.
Cuenta que para ella un ingeniero de sonido tiene un rol muy particular, principalmente está muy a la escucha de las demás personas, de lo que la rodea. Sostiene que es preciso tener empatía y una intimidad para captar un momento y poder inmortalizarlo como lo hacen la fotografía y el dibujo.
Debe sentir que puede plasmar un sentimiento, una emoción para la eternidad para poder ser vuelto escuchar, para que trascienda, afirma.
“En mi familia hay una historia muy bonita de gente muy artística: mi papá, el papá de mi abuelo es poeta y escritor (…) creo que eso lo sentí mucho desde chiquita y pues me inspiró a de alguna forma siempre estar vinculada con algo que tuviese que ver con el arte”, dijo la ingeniera de sonido a la Voz de América.
El camino para llegar a Sound of Metal
Esta película, estrenada a principios del 2021, relata la historia de un reconocido baterista que pierde su audición y ve en ello un obstáculo para seguir con el trabajo que tanto ama. Una cinta donde el sonido fue una pieza importante para su éxito, y de eso estaba consciente María Carolina Santana al momento de aceptar la propuesta.
Santana se integró al equipo de Sound of Metal en diciembre de 2018. El trabajo inicial se hizo en Francia, país al que emigró hace 14 años. Posteriormente continuaron el trabajo en Estados Unidos, y el producto final estuvo listo en México.
“Yo llego al equipo de Sound of Metal por bonitos encuentros. Trabajo en un colectivo de ingenieros de sonido en Francia. Llevamos tiempo pensando que sería interesante que pudiera trabajar con Nicolás Becker, quien es el supervisor de sonido de la película y pues habíamos estado en la misma asociación durante años y este fue el primer proyecto en el que conectamos, una de mis colegas nos presentó”, relató.
“Él casualmente estaba buscando a alguien que tuviera mi perfil, que fuese músico, que hablara inglés, que hablara español y todo fue calzando para que esto se diera”.
María Carolina describe la experiencia como única, pero también un gran reto para su carrera profesional, pues para los creadores de la película era importante que todo el equipo conectara con la historia, y lograrlo requirió de trabajo.
“Yo siento que eso es lo que ha sido la película para mí, me cambió, cambió mi forma de ver muchas cosas”, confiesa.
La venezolana siente un gran orgullo y privilegio por el resultado que obtuvieron con Sound of Metal. A su juicio, el mayor premio es la familia que formó a raíz de la cinta. “Esa conexión con la gente con la que trabajé, con la que desarrollamos este proyecto, pienso que es lo que más me llenó y lo que lo que más me enseñó, con lo que me quedo. Es algo que me marcó”, agregó.
Amor intacto por Venezuela
Aunque María Carolina se fue de Venezuela cuando apenas tenía 17 años, su amor y arraigo por la tierra que la vio nacer ha permanecido a lo largo del tiempo.
Ella sueña con una Venezuela en la que todos puedan avanzar para aportar a la transformación de un país más justo y equitativo. Resalta la fuerza y firmeza de los venezolanos, no solo los que aún residen en el país, también aquellos que decidieron emigrar.
La joven comenta que tiene la ilusión de regresar, aunque por ahora no sabe cuándo podrá.
“A lo mejor lo que se tiene que hacer es cambiar un poquito de ilusiones como en esta película (Sound of Metal), de saber que las cosas van a ser diferentes, pero a lo mejor pueden ser diferentes para bien”, dice.
Mientras, está enfocada en seguir creciendo laboralmente. Quiere seguir trabajando como ingeniero de sonido, pero le gustaría involucrarse en más proyectos como el reciente, donde el arte converge a través de diferentes fuentes.
“Todo lo que me permita continuar a intercambiar con gente, a conectarme con gente donde sea en el mundo y cualquier tipo de arte, sería un sueño para mí”, asegura.
Las dificultades, la distancia con su familia y su país no han sido en vano. Gracias a ello, y a su arduo trabajo ha logrado dar pasos importantes y espera seguir haciéndolo para llevar el nombre de su país en alto, y sobre todo para homenajear a su principal musa: su familia amante del arte.