A los 80 años el académico W.J. Wilson piensa en el futuro

A los 80 años el académico W.J. Wilson piensa en el futuro

“Cuando el presidente (Bill) Clinton me presentó, comenzó a hablar sobre mi libro ‘The Truly Disadvantaged’ y todos esos científicos vieron que el presidente no solo lo había leído sino que podía hablar sobre él y que había sido influido por él”, dijo. Clinton conocía el libro tan bien que incluso señaló cuántas páginas tiene: 187.

Tan pronto como regresó a casa, dijo Wilson, “Lo saqué de la biblioteca y sí, el libro tenía 187 páginas de texto”.

Los sociólogos pocas veces alcanzan la fama más allá de sus colegas, pero la influencia de Wilson se amplía del campus a la ciudad, la televisión y la Casa Blanca. El galardonado con el Premio Nacional del Libro Ta-Nehisi Coates lo ha calificado como una deidad intelectual. David Simon de “The Wire” ha dicho que Wilson ayudó a inspirar la segunda temporada del programa de HBO que se desarrolla en Baltimore. Funcionarios de los gobiernos de Clinton y Barack Obama han citado su trabajo y buscado sus consejos.

Wilson, quien cumplió 80 años en diciembre, habló con la Associated Press sobre sus décadas de pensamiento sobre raza, clase, educación y pobreza y sobre cómo sus ideas se filtran a las noticias de la actualidad, ya sea por la desigualdad de económica o por el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras importan).

“Deberíamos tener conciencia de las opciones disponibles para las familias de los cinturones de pobreza y los residentes en los barrios negros pobres con altos índices de desempleo”, dijo. “Porque enfrentan dificultades y retos que la mayoría de la gente no experimenta o ni siquiera puede imaginar”.

Algunos de los libros de Wilson se han vuelto clásicos, especialmente “The Declining Significance of Race”, “The Truly Disadvantaged” y “When Work Disappears”.

Al combinar el trabajo de campo con la investigación histórica e ideas basadas en la experiencia y su erudición, Wilson ha elaborado una hipótesis clara: En los últimos 60 años los barrios negros se han visto asolados por la partida de la clase media, la eliminación de los trabajos industriales, la caída de los sueldos y el recorte del apoyo gubernamental.

La desigualdad económica entre los negros, que alguna vez fue relativamente pequeña, supera ahora la diferencia entre los blancos. Las zonas con menos recursos, que Wilson ha calificado como “de extrema pobreza”, sufren por una ausencia de modelos a seguir, oportunidades de crear redes de apoyo, transporte y herramientas sociales y laborales, que se refuerza a sí misma. Los programas para mejorar las oportunidades de las minorías, ha escrito, valen la pena, pero solo ayudan a los que ya están en posibilidades de tener un empleo.

“Lo más desalentador de la pobreza urbana es que es muy difícil escapar de ella”, dijo el entonces senador Barack Obama en un discurso de 2007 que muchos creen estuvo influenciado por el pensamiento de Wilson. “Si la pobreza es una enfermedad que afecta a una comunidad entera en la forma de desempleo y violencia, escuelas fallidas y hogares disfuncionales, entonces no debemos tratar esos síntomas por separado, debemos sanar a toda la comunidad”.

Arne Duncan, secretario de Educación de Obama, ha dicho de Wilson: “Me ha influido más que cualquier otra persona”.

“Wilson prácticamente inventó la sociología urbana contemporánea y revitalizó el estudio de los pobres del gueto”, apuntó Michael Eric Dyson, un popular autor y profesor de sociología en la Universidad de Georgetown. “Cualquiera que estudie el aspecto del impacto general de la raza y la clase y la topografía de la cultura negra y urbana está en deuda con él”.

La investigación de Wilson continúa. Es un hombre enérgico y enjuto con un rostro impresionantemente libre de arrugas y juvenil para su edad, el cual atribuye a los genes (su madre vivió hasta los 90 años), la dieta y sus 10 horas semanales de ejercicios. Ha recibido decenas de doctorados honorarios, y está bastante ocupado con uno de sus estudios más ambiciosos: “Multidimensional Inequality in the 21st Century” (La desigualdad multidimensional en el siglo XXI) un proyecto de investigación sobre la pobreza que cubre todo, del mercado laboral al sistema penal.

Nació en Derry Township, Pennsylvania, era uno de seis hijos que compartían una habitación. Su padre fue minero de carbón y trabajaba en una fundidora de acero. Murió de cáncer de pulmón cuando Wilson tenía 12 años. Su madre mantenía a toda la familia como podía y trabajaba como sirvienta. Wilson dice que fue gracias a una tía en Nueva York que conoció los libros y la cultura además de que le dio la confianza para tratar de estudiar en una universidad.

Wilson estaba entre la primera generación de académicos negros que se beneficiaron de la ley de derechos civiles de 1960 — “en el lugar y el momento adecuado”, dice — con lo que logró adentrarse a un campo que alguna vez estuvo reservado para los blancos. Tuvo su primera cátedra en la Universidad de Massachusetts, en Amherst, y fue reclutado a comienzos de la década de 1970 por la Universidad de Chicago, donde cobró fama nacional y continuó trabajando hasta que llegó a Harvard en 1996. Ahora es un Catedrático Universitario, el mayor grado en Harvard.

Ahora que los republicanos tienen la mayoría en el Congreso, Wilson señaló que tiene poca esperanza de que la vida de los negros mejore en el futuro cercano, pero no quiere “regodearse en el pesimismo”. Al preguntarle sobre qué programas le gustaría que se implementaran, sin importar si son o no factibles, Wilson dijo que le gustaría que creciera bastante el apoyo económico Promise Neighborhoods y cree que surgirán más soluciones de su proyecto “Multidimensional Inequality”.

“Una de las cosas que tienen en común los investigadores de Harvard que están involucrados en este proyecto es que todos quieren que nuestra investigación tenga impacto fuera de la academia”, dijo. “No queremos que sólo se involucren otros académicos”.