El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, como miembro del Comité Técnico Interinstitucional de Medición de la Pobreza (CTP), informa que la pobreza monetaria disminuyó 4.7 puntos porcentuales (p.p.) en 2023.
“En 2023, la pobreza monetaria a nivel nacional disminuyó significativamente del 27.7 % en 2022 al 23.0 % en 2023, indicando un progreso positivo en la mejora de las condiciones económicas generales de la población” con respecto a 2022, puntualiza el “Boletín de Estadísticas Oficiales de Pobreza Monetaria en República Dominicana 2023”.
El boletín, precisa que la pobreza extrema también se redujo, al pasar de 3.8 % en 2022 al 3.2 % en 2023 para una reducción de 0.6 p.p..
Se considera que un hogar se encuentra en condición de pobreza monetaria cuando no tiene los recursos suficientes para adquirir una canasta básica de bienes y servicios.
Las zonas rurales y las mujeres las más beneficiadas
La disminución de la pobreza general en el país, sostiene la publicación, fue principalmente femenina y rural. La pobreza en áreas rurales descendió del 30.9 % al 24.6 %. Por su parte, la pobreza en entornos urbanos descendió del 27.0 % en 2022 al 22.7 % en 2023.
A su vez, detalla que a nivel de divisiones territoriales, las macrorregiones Ozama, Norte o Cibao y Sur experimentaron reducciones interanuales en pobreza de 5.5, 5.1 y 4.9 puntos porcentuales (p.p.) respectivamente. La macrorregión Este redujo en menor medida la pobreza monetaria, al pasar de 24.5 % en 2022 a 23.6 % en 2023, una reducción de 0.9 p.p.
De igual modo, las desagregaciones por sexo también presentan disminuciones para hombres y mujeres, siendo las segundas las más beneficiadas de esa reducción.
En este aspecto, destaca que el porcentaje de mujeres en condición de pobreza monetaria pasó de 29.4 % en 2022 a 24.1 % en 2023, para una reducción interanual de 5.3 p.p.; esta reducción para los hombres fue de 4.0 p.p. al pasar de 25.8 % en 2022 a 21.8 % en 2023. La brecha de pobreza entre hombres y mujeres se redujo de 3.6 p.p. en 2022 a 2.3 p.p. reduciéndose en 1.3 p.p.
Principales determinantes: control de la inflación, aumento del empleo e ingresos laborales
El boletín resalta que el incremento del ingreso promedio de los hogares en términos nominales, unido al control de la inflación, ayudaron a las reducciones en las tasas de pobreza. El ingreso nominal per cápita del hogar alcanzó RD$ 15,906 pesos, lo que representa un aumento del 16.2 % con respecto a 2022. De igual forma, el ingreso real per cápita del hogar; aumentó en un 11.7 % respecto al 2022.
En ese aspecto, explica que el desempeño verificado en este último indicador estuvo favorecido por una notable generación de empleos formales lo que, en combinación con la convergencia de la inflación general interanual al centro del rango meta de 4.0 % ± 1 % establecido por la autoridad monetaria, contribuyó al crecimiento de los ingresos laborales reales, beneficiando así a los hogares dominicanos.
“Al analizar las desagregaciones de fuentes de ingreso del hogar, se observa que el 56.0 % de la variación total en la pobreza en el país en el año 2023 se explica por el aumento del ingreso laboral per cápita”, indica el documento.
El desafío de la desigualdad
El boletín señala que las reducciones en la pobreza monetaria se acompañaron de un crecimiento en la desigualdad monetaria en el país.
En este aspecto, explica que el coeficiente de Gini estimado para el año 2023 fue de 0.378, 0.002 puntos más que en 2022. El crecimiento del Gini se explica por el aumento de la desigualdad en las zonas urbanas, donde este indicador pasó de 0.377 a 0.380. A su vez, el aumento en el coeficiente de Gini se explica por el crecimiento de los ingresos entre los hogares de mayor ingreso. El boletín resalta que el ingreso del 10 % de los hogares más ricos es 1.64 veces mayor al 40 % de los hogares más pobres.
En este sentido, el ministro Pável Isa Contreras reitera que “es esencial seguir fortaleciendo políticas públicas para enfrentar las desigualdades. Todos los recursos y políticas públicas deben articularse para reducir las desigualdades de renta y riqueza, capacidades, tierras, de género y territoriales. Enfrentar la desigualdad socioeconómica nos beneficia a todos y todas ya que impulsa el crecimiento económico y acelera la lucha contra la pobreza y la vulnerabilidad y fortalece la democracia”.
Isa Contreras también reitera la necesidad de fortalecer la calidad de la educación. “Los conocimientos y las habilidades son un activo intangible muy valioso que contribuye a reducir las brechas sociales y a que la gente pueda ejercer plenamente sus derechos”, indicó.