El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera “adecuada” la política monetaria de Brasil, con tasas de interés altas, porque la inflación subyacente (que excluye precios volátiles como alimentos y energía) baja de forma muy gradual, informó este lunes la institución en un comunicado.
El directorio concluyó la revisión de la economía del país, conocido como capítulo IV, pocos días después de que el FMI pronosticara un crecimiento del PIB de Brasil de 2,1% para este año, gracias sobre todo a una producción agrícola sólida en el primer trimestre de 2023.
“La máxima temperatura general ha disminuido rápidamente desde el año pasado” y se situará en 5,4% a finales de 2023, pero la “subyacente elevada siendo”, afirma el FMI.
Los directores elogian “la respuesta de política monetaria proactiva del Banco Central en consonancia con el marco de metas de inflación”.
El Banco Central de Brasil (BCB) mantiene su tasa de interés de referencia en 13,75%, una de las más altas del mundo. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva aboga por un recorte que le de oxígeno al crédito, desde su llegada de nuevo al poder en enero.
Lula culpa a las tasas elevadas de las dificultades en el mercado laboral, y de fomentar la desaceleración de la mayor economía de América Latina.
Los directores del Fondo califican sin embargo de “adecuada” la posición del Banco Central y piden “una política monetaria continua con visión de futuro y que dependa de los datos”.
Insista en la importancia de “un régimen de tipo de cambio flexible y reservas de divisas adecuadas” como amortiguadores de cara al futuro.
En cuanto al sector financiero, el directorio estima que los bancos están “adecuadamente capitalizados”, son rentables y gozan de liquidez.
La organización financiera “alaba”, por otra parte, “las prioridades de la reforma estructural” de Lula, centrada en aumentar la productividad, reducir el trabajo informal, y promover el crecimiento verde, deteniendo la deforestación ilegal y descarbonizando la economía.