La economía mundial experimentará en 2023 uno de los periodos de crecimiento más débiles de las últimas décadas, por debajo de 3%, dijo el jueves la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“A pesar de la fortaleza de los mercados laborales y del gasto de los consumidores en la mayoría de las economías avanzadas, así como de la recuperación tras la reapertura de China, esperamos un crecimiento inferior al 3% para 2023”, dijo Kristalina Georgieva en su discurso de apertura de las reuniones de primavera de la institución.
La anterior actualización del informe económico mundial del FMI, de finales de enero, ya preveía un crecimiento del 2,9% en 2023, ligeramente mejor que las primeras estimaciones publicadas el pasado octubre.
“Con las crecientes tensiones geopolíticas y una inflación aún alta, una recuperación sólida sigue siendo esquiva”, añadió Georgieva en la reunión en Washington.
“Eso perjudica las perspectivas de todos, especialmente para las personas y países más vulnerables”, señaló.
El crecimiento global se redujo casi a la mitad el año pasado, llegando al 3,4%, a medida que el impacto de la invasión rusa de Ucrania se propagó a la economía mundial, deteniendo abruptamente la recuperación tras la pandemia de covid-19.
Si bien se espera que los mercados emergentes de Asia aumenten sustancialmente la producción económica –India y China registrarán la mitad de todo el crecimiento este año–, las buenas noticias se verán contrarrestadas por una desaceleración del 90% de las economías avanzadas del mundo.
“El crecimiento sigue siendo históricamente débil, tanto ahora como a mediano plazo”, dijo Georgieva.
La jefa del FMI agregó que el crecimiento mundial probablemente se mantendrá en aproximadamente 3% durante el próximo lustro, la previsión a mediano plazo más baja desde la década de 1990.
Asimismo, se espera que los países de bajos ingresos sufran un golpe doble por los altos costos de endeudamiento y una disminución en la demanda de sus exportaciones, lo que podría provocar un aumento de la pobreza y el hambre, según Georgieva.
“Alrededor del 15% de los países de bajos ingresos ya están en una situación de estrés financiero y otro 45% están cerca de ella”, indicó, al tiempo que pidió a los miembros más ricos del FMI que hagan más para brindar apoyo.
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