Desde que se desplomaron los mercados financieros por el pánico que generó el coronavirus, los fondos de pensiones han estado en una montaña rusa.
Algunos de los principales índices bursátiles cayeron tan estrepitosamente que las operaciones tuvieron que ser detenidas para evitar un colapso aún mayor.
Desde fines de marzo hasta ahora, las bolsas han comenzado a respirar una vez más dentro del devastador panorama de la economía internacional, sumergida en una crisis catalogada por economistas y organismos internacionales como “la peor desde la Gran Depresión de 1929”.
Esa misma frenética e impredecible trayectoria han seguido los ahorros de las personas que son administrados por fondos privados e invertidos en los mercados en busca de rentabilidad.
En América Latina, México, Colombia, Chile, Perú, Costa Rica, Uruguay, República Dominicana y El Salvador tienen sistemas de ahorro individual que, en algunos casos, coexisten junto a otros modelos.
Mientras que en naciones como Brasil, Argentina, Ecuador, Venezuela, Guatemala, Honduras, Paraguay, Nicaragua o Cuba, el Estado se encarga de pagar las pensiones, en lo que se conoce como el “sistema de reparto”.
¿Cuánto dinero han perdido los fondos de pensiones por la pandemia?
No todos los fondos de los trabajadores se invierten en acciones expuestas a un alto nivel de riesgo.
Lo habitual es que cuando las personas se acercan a la edad de jubilarse, sus fondos se invierten en instrumentos de renta fija, que tienen pocas ganancias, pero son más seguros.
Es por eso que las alzas y las bajas de los mercados afectan los ahorros según el tipo de fondo donde están invertidos y, en consecuencia, al riesgo que han sido expuestos.
Aunque es difícil hacer una estimación general, la caída promedio desde que inició el desplome de las bolsas a mediados de febrero podría girar en torno al 15%, le dice a BBC Mundo Mariano Bosch, economista principal de la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y coautor del libro “Presente y futuro de las pensiones en América Latina y El Caribe”.
“La pandemia genera mucha volatilidad, pero esperamos que cuando acabe el período de confinamiento, los fondos retomen su nivel pre-crisis”.
“En momentos de crisis financieras, no hay que tener pánico si tus fondos bajan”, dice Bosch, porque los sistemas de pensiones son instrumentos para asegurar un ingreso en el muy largo plazo.
Por eso, argumenta, las personas que no están cerca de jubilarse no tendrían por qué preocuparse de las variaciones coyunturales.
Las empresas privadas que administran los ahorros (conocidas en muchos países como AFPs o Afores en México) invierten el dinero en distintos instrumentos, que van desde la renta variable (acciones) a la renta fija (como bonos soberanos, por ejemplo).
Eso explica por qué los distintos tipos de fondos en cada país siguen trayectorias diferentes.
Por ejemplo, en Chile la rentabilidad del Fondo A (el de mayor riesgo) cayó en marzo -16% y el fondo E (el más seguro) bajó -2,5%.
Mientras que el promedio de todos los fondos bajó -8,8%, de acuerdo a la Asociación de AFP de ese país.
Y en lo que va de abril, el péndulo se movió hacia el otro lado: los fondos subieron 5,5%, según la misma fuente.
A nivel latinoamericano, no es posible aún tener el detalle de la rentabilidad de los fondos en cada país, dado que no están obligados a informar las fluctuaciones mes a mes, aunque el desplome de Wall Street claramente dejó su huella en la región.
“Nada ni nadie está ajeno a los efectos negativos de esta crisis, y ciertamente, los fondos de pensiones tampoco, los que han bajado bruscamente su valor”, señaló la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP).
Sin embargo, la FIAP agregó que esta baja es coyuntural y que los afiliados que no retiren sus fondos del sistema ahora, no tendrán pérdidas.
¿Usar el ahorro de las pensiones para enfrentar una crisis?
Como los recursos son escasos y el endeudamiento fiscal tiene límites, algunos países ven a los fondos de pensiones como una fuente inmediata de recursos para enfrentar la emergencia económica.
Es el caso de Perú, donde actualmente las personas pueden retirar el equivalente a dos sueldos mínimos vitales de sus ahorros (cerca de US$600).
Ese monto no generó mayor controversia como sí lo hizo una propuesta que se debate en el Congreso: permitir que las personas retiren un 25% de sus ahorros para la vejez, pero con un límite de US$3.800 aproximadamente.
“La idea de utilizar esos fondos me parece bien, aunque yo habría propuesto sacar menos dinero”, le dice a BBC Mundo Enrique Castellanos, profesor de la Facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, en Lima.
Otros se oponen de plano a la medida porque al final de cuentas, sostienen, es como hipotecar el futuro: gastas los ahorros ahora y te quedas sin pensión mañana.
De todos modos el caso de Perú es bastante particular, dado que originalmente la ley contiene mecanismos para que las personas puedan hacer uso de sus fondos en determinadas circunstancias.
Por ejemplo, si estás desempleado por más de un año y cumples con ciertos requisitos de edad.
Y también se puede retirar un porcentaje de tus ahorros para pagar la cuota inicial de tu primera vivienda.
Según datos recolectados por BBC Mundo, en Perú el promedio de los fondos ha caído cerca de 12% en el primer trimestre del año, pero con resultados muy diferentes según el tipo de fondo del ahorrante.
“La caída no está tan mal. Son fondos diversificados y han bajado de manera moderada, aunque de todos modos la gente ha vuelto a cuestionar el sistema“, explica Castellanos.
El caso mexicano
En México los trabajadores pueden retirar hasta el 11,5% de su fondo de pensiones en caso de que pierdan el empleo.
Y ahora con la pandemia de coronavirus, las personas han comenzado a hacer un mayor uso de este derecho.
“Hemos visto un aumento de 50% en las solicitudes para retirar esos fondos debido a la crisis”, le dice a BBC Mundo Bernardo González, presidente de la Asociación Mexicana de Afores.
“En la medida que la gente se queda sin empleo, empieza a utilizar esta facilidad que le da la ley en México para retirar parte de los fondos”.
Como en México no existe un seguro de desempleo, los ahorros previsionales de los trabajadores pueden compensar en parte la escasez de ingresos.
Sin embargo, “la sugerencia es que se hagan esos retiros si no existe ninguna otra alternativa de ingreso”, dice González. “Este no es un buen momento para retirar dinero del fondo”.
Precisamente porque como la rentabilidad de los fondos ha bajado desde mediados de febrero, el que retira fondos en esta coyuntura, “hace efectiva la pérdida”.
Pese a los malos tiempos en los mercados internacionales, en México la caída promedio de los fondos fue de -3,35%.
Probablemente la caída no fue mayor durante la tormenta, dado que por ley en ese país solo el 19,5% de los fondos se invierten en renta variable.
“El efecto de la caída en los mercados ha sido acotado”, apunta González.
“Riesgo financiero exacerbado”
En varios países de la región han surgido propuestas parlamentarias o del gobierno central para que las personas puedan hacer uso de sus ahorros en el contexto de esta pandemia.
El tema genera profundas divisiones políticas y el debate suele estar extremadamente polarizado.
En Costa Rica, por ejemplo, los trabajadores pueden retirar su Fondo de Capitalización Laboral (FCL) del sistema de pensiones, si les han reducido la jornada laboral.
Y en El Salvador algunos diputados han propuesto que se habilite el retiro de los ahorros en esta circunstancia económica excepcional, aunque la idea genera agudas discrepancias.
En Colombia funcionan dos sistemas en paralelo: el estatal y el privado.
En los últimos días el gobierno emitió un decreto bajo el cual el Estado se hará cargo de administrar y pagar la pensión de unas 20.000 personas que estaban en el sistema privado y que recibían el equivalente a un salario mínimo.
El argumento oficial es que la decisión fue tomada para “garantizar el aseguramiento del riesgo financiero exacerbado por el coronavirus y proteger a los pensionados bajo la modalidad de retiro, de una posible descapitalización de las cuentas individuales de ahorro pensional“.
La medida ha provocado un intenso debate.
“Lo que hizo el gobierno fue una nacionalización de esos fondos“, le dice a BBC Mundo Jorge Restrepo, profesor de Economía de la Universidad Javeriana.
“Adquirió una deuda a largo plazo para poder tener recursos en el corto plazo y poder seguir pagando las pensiones. Es una mala medida”, agrega.
Lo que pareciera estar de fondo en los debates de la región es la urgente necesidad de los gobiernos y de las personas de contar con dinero en las manos lo antes posible.
Pero el misterio sigue siendo cómo resolver el acertijo sin activar una bomba de tiempo.
Fuente: BBCMundo