La excapitana de la selección nacional de voleibol femenino de la República Dominicana (Las Reinas del Caribe), Prisilla Rivera, habló sin rodeos sobre una pregunta clave que muchas jóvenes atletas y sus familias se hacen: ¿se puede vivir del voleibol en la República Dominicana?.
Durante una entrevista en el programa Primera Bola, que se transmite por RCNoticias, la veterana exjugadora explicó que vivir del voleibol depende de varios factores, entre ellos la categoría en la que se encuentra la atleta y las oportunidades que pueda conseguir, tanto dentro como fuera del país.
“Hay un grupo que ahora mismo va a cobrar 140 mil pesos mensuales en el proyecto de selecciones nacionales, pero hay otro grupo que no va a cobrar esa cantidad. No pueden cobrar todas, sería una locura. Hay categorías, y evidentemente las más bajas no pueden vivir del voleibol”, dijo Rivera.
Sin embargo, aclaró que muchas de esas jugadoras de menor nivel “son niñas que viven con sus padres”, por lo que sus necesidades económicas son diferentes.
Rivera fue enfática al señalar que sí se puede vivir del voleibol, pero no todas las jugadoras están en la misma situación. Aunque el deporte ofrece oportunidades valiosas, especialmente para quienes alcanzan un alto nivel competitivo o logran contratos internacionales, no garantiza estabilidad económica para todas, particularmente para aquellas en categorías inferiores dentro del sistema nacional.
Comparó el voleibol con el béisbol para destacar que el talento puede abrir puertas más allá del territorio nacional,
“Si tú eres buena, tú consigues… esto es como el béisbol: si tú bateas y lanzas bien, tú vas a conseguir dinero”.
La exjugadora habló del caso de Brenda Castillo, considerada la mejor líbero del mundo, quien aun con ese reconocimiento no gana lo mismo que una atacante estrella.
“Brenda es la mejor de su posición en el mundo, pero tal vez no gana lo mismo que una atacadora de élite. Por ejemplo, hay una jugadora serbia, Tijana Bošković, que gana dos millones de dólares por temporada”.
Con su testimonio, Prisilla Rivera envía una señal honesta a las nuevas generaciones de atletas dominicanas: el voleibol puede ser una vía profesional, pero requiere disciplina, nivel competitivo y visión más allá de lo local.