Luisito Pié, el destacado peleador de taekwondo y orgulloso hijo de padres haitianos, es uno de los seis atletas dominicanos en la historia que ha ganado una medalla olímpica. Sin embargo, a pesar de su éxito en el ámbito deportivo y su nacimiento en la República Dominicana, Pié ha enfrentado el racismo de manera directa y dolorosa.
A lo largo de su carrera, Pié ha demostrado una gran fortaleza tanto en el tatami como en la vida personal. Su historia es una mezcla de perseverancia y lucha contra la discriminación. En 2016, el taekwondista sufrió un ataque de racismo que marcó un punto crucial en su vida. Aunque el incidente fue doloroso, Pié ha logrado transformar esas experiencias en fuerza y determinación. Su madurez y su capacidad para entender el mundo han sido claves para superar las adversidades.
El impacto del racismo en la vida de Pié ha sido notable, pero su apoyo inquebrantable proviene de su madre, quien ha jugado un papel fundamental en su vida. “Hablar de mi madre siempre me llena de orgullo. Ella es mi todo”, afirma Pié. Su madre, una mujer luchadora que trabajó incansablemente en casas de familia para asegurar que su familia tuviera lo necesario, ha sido una fuente constante de inspiración y apoyo para él y su hermano.
Luisito Pié destaca que el deporte ha sido una vía crucial para él y su hermano, alejándolos de las dificultades del barrio y ofreciéndoles una oportunidad para desarrollarse y mejorar sus vidas. “El deporte nos salvó. Nos permitió salir adelante y encontrar un propósito”, reflexiona Pié.
A pesar de las dificultades y el racismo que ha enfrentado, la historia de Luisito Pié es también un testimonio del poder de la resiliencia y el apoyo familiar. Su éxito en los Juegos Olímpicos no solo es un logro personal, sino también un símbolo de superación y esperanza para muchos.