Territorio vedado hasta hace poco por las ligas estadounidenses, Las Vegas (Nevada) reluce esta semana como nunca para recibir el Super Bowl de la NFL, punto álgido de su evolución de meca de las apuestas a gran escenario deportivo.
Durante años, la liga de football americano (NFL) y otros grandes deportes profesionales, con la notable excepción del boxeo, mantuvieron distancia con Las Vegas, recelosos de que se les asociara con el juego y la imagen desenfrenada de la llamada “ciudad del pecado”.
En 2002, cuando la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas quiso destinar dos millones de dólares a un anuncio en el Super Bowl, que promocionaba la ciudad con el eslogan “Lo que pasa aquí, se queda aquí”, la NFL se negó a emitirlo.
Los responsables de la liga más poderosa de Estados Unidos aducieron normas que prohibían anuncios relacionados con el juego, aunque el comercial en cuestión nunca mencionaba las apuestas.
Pasado el tiempo el panorama dio un vuelco y, una tras otra, la mayoría de competiciones comenzó a aterrizar en Las Vegas.
La NHL (hockey sobre hielo) fue la primera de las grandes ligas norteamericanas en establecer una franquicia en el desierto de Nevada con el debut de los Vegas Golden Knights a finales de 2017.
Ese mismo año, la NFL dio luz verde a la llegada de los Raiders, hasta entonces emplazados en Oakland (California).
El futurista Allegiant Stadium de los Raiders, enclavado al otro lado del Strip, la célebre avenida de los casinos, hospedó su primer partido en 2020 y el domingo será el escenario del Super Bowl entre Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers.
La Fórmula 1 regresó a la ciudad el pasado noviembre con un acuerdo por 10 años con una inversión de 500 millones de dólares.
En cuanto al fútbol, el Allegiant Stadium ya ha albergado competencias como la final a cuatro de la Liga de Naciones de Concacaf del año pasado y este verano (boreal) será una de las sedes de la Copa América.
Los motores del cambio
Y más deportes preparan su aterrizaje. También desde Oakland, los Atléticos de béisbol recibieron la aprobación para trasladarse a Las Vegas el pasado noviembre y se espera que empiecen a jugar en un nuevo estadio en 2028.
Por su parte, el comisionado de la NBA, Adam Silver, ha avanzado que Las Vegas será una de las ciudades que tendrán en cuenta cuando llegue la esperada expansión de la liga.
Steve Hill, director ejecutivo de la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas, considera que este cambio de tendencia responde a un cambio de actitud ante las apuestas deportivas y al aumento de la población.
“Cuando me mudé a Las Vegas hace 36 años, había dos lugares en Estados Unidos donde se podía apostar en un evento deportivo: aquí y en Atlantic City”, señaló Hill a la AFP. “Ahora puedes hacer una apuesta con tu teléfono”.
Los drásticos cambios demográficos de Las Vegas en las dos últimas décadas, que han aumentado la base potencial de aficionados, pasó a hacerla viable como hogar de franquicias deportivas.
“Hemos crecido hasta convertirnos en una ciudad de buen tamaño”, expone Hill.
El otro motor del cambio es la popularidad de Las Vegas como destino turístico, atrayendo a unos 40 millones de visitantes en los últimos 12 meses, según las autoridades locales.
“La ciudad está básicamente construida para organizar eventos”, afirma Hill. “Es lo que hacemos. La ciudad ha hecho un trabajo fantástico al estructurarse de esa manera: tenemos ofertas a una escala que ninguna otra ciudad tiene”.
“Las Vegas es la única ciudad del mundo que puede tratar un estadio de 65.000 personas como si todas fueran VIP”, asegura.
La NFL, de su parte, no podría estar más satisfecha con su decisión de unirse a Las Vegas.
Su cambio de postura se aceleró a raíz de una sentencia de la Corte Suprema estadounidense en 2018 que anuló la prohibición federal de las apuestas deportivas fuera de Nevada.
El comisionado Roger Goodell, que declaró en 2012: “No creo que las apuestas sean buenas para el deporte profesional”, hace tiempo que dejó de lado esas reticencias y sostiene que Las Vegas ya se ha convertido en una “ciudad deportiva”.
“La gente solía decir que esto es sólo una ciudad de juego, una ciudad de entretenimiento”, dijo el comisionado a periodistas el lunes. “Pero esta es una ciudad deportiva. Es una ciudad de eventos, y lo estamos viendo con el Super Bowl”.