Después de seis años plagados de altibajos con el PSG, Neymar pone fin a su aventura parisina rumbo al Al-Hilal, que le sirve de puente de oro para unirse a otras estrellas como Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Sadio Mané en el rico campeonato saudita.
El anuncio del traspaso fue realizado por el club saudita en un video en la red social X (antiguo Twitter). “Estoy aquí en Arabia Saudita, soy del Al-Hilal”, declaró en inglés el brasileño de 31 años, vestido con la elástica azul de su nuevo equipo.
“Siempre es difícil decir adiós a un jugador tan excepcional como Neymar, uno de los mejores del mundo”, declaró por su parte Nasser Al-Khelaïfi, presidente del PSG, en un comunicado publicado en la página de internet del club de la capital francesa .
Llegado a París como una estrella en 2017 procedente del FC Barcelona tras el pago de la suma récord de 220 millones de euros, el N.10 brasileño de 31 años terminó por convertirse en un indeseable tras años marcados por lesiones y asuntos extradeportivos.
Con el club enseñándole la puerta de salida, Neymar ha aceptado la propuesta dorada procedente de Arabia Saudita, donde el Al-Hilal le habría ofrecido un salario de “100 millones de euros por temporada (cerca de 110 millones de dólares)”, según una fuente cercana a las negociaciones.
El club saudita, finalista del último Mundial de Clubes tras eliminar en semifinales al Flamengo, anunció que el contrato es de dos temporadas.
La influencia de Mbappé
El PSG está lejos de recuperar su inversión, pero percibirá casi 100 millones de euros, según la misma fuente, una cifra no desdeñable que le permitirá continuar su mercato.
La situación de Neymar no puede disociarse del todo de la de Kylian Mbappé, que había puesto como condición para renovar en 2022 la salida del brasileño. La marcha de Neymar a Arabia Saudita tiene lugar en un momento en el que Mbappé ha iniciado una reconciliación con el PSG después de un largo pulso por su situación contractual.
En el aspecto meramente deportivo, la era de Neymar se presenta como una decepción. Herido en su orgullo tras la “remontada” contra el Barça en la vuelta de octavos de final de Champions en 2017, el PSG y Catar creyeron haber dado un gran golpe sobre la mesa fichando el verano boreal siguiente al prodigio de la Seleçao y a Kylian Mbappé.
Pero el exjugador de Santos, que formó en Barcelona un ataque de lujo junto al argentino Lionel Messi y al uruguayo Luis Suárez, ganando la Champions League en 2015, tan sólo ha respondido de manera muy esporádica a todas las expectativas que tenían puestas sobre él los dirigentes del PSG.
Verratti ¿el siguiente?
Con 118 goles y 70 asistencias en 173 partidos entre todas las competiciones, sus estadísticas están lejos de ser malas pero ‘Ney’ no logró llevar al PSG hasta su primera Liga de Campeones, perdiendo la final contra el Bayern Múnich en 2020.
Lo cierto es que la unión entre el talentoso brasileño y el público parisino nunca llegó a funcionar del todo. En 2019, apenas dos años después de su llegada, Neymar quiso dejar la capital francesa y volver al FC Barcelona, pero los dirigentes del PSG vetaron esa opción, antes de que acabara por renovar su contrato hasta 2027.
La situación de Neymar cambió el año pasado, con el poder cada vez mayor de Mbappé en el seno del club y la designación de Luis Campos como consejero deportivo. Desde entonces, el PSG le abrió la puerta de salida, que hasta ahora no se había concretado debido al salario desorbitante del brasileño, valorado en 30 millones de euros brutos al año.
Una nueva lesión en el tobillo del brasileño y la operación sufrida el pasado mes de marzo reforzaron la postura del París SG de querer separarse del atacante, a pesar de su excelente primera mitad de la temporada 2022-2023.
Después de un curso sólo salvado deportivamente por haber obtenido el 11º título de campeón de Francia, el PSG está decidido a renovar su plantilla, como demuestra el caso de Marco Verratti, histórico en el PSG en la era catarí del club cercano y a salir cedido .
Neymar también empezó a hacerse a la idea de un posible traspaso después de ser objetivo de los ultras parisinos, algunos de los cuales se manifestaron delante de su domicilio en Bougival, el pasado mes de mayo. Un episodio que le conmocionó profundamente y que desembocó en su divorcio con el PSG.