La leyenda de las artes marciales mixtas, el estadounidense Jon Jones, obtuvo una victoria sorprendente y rápida ante el francés Ciryl Gane, por la corona vacante de los pesos pesados de la UFC. En mujeres, la mexicana Alessa Grasso se llevó el título del peso mosca.
La victoria fue expeditiva. En apenas 2 minutos y 4 segundos, Jones envió al francés al piso y le aplicó una “guillotina” de la que Gane no pudo zafarse, ante los ojos del público del T-Mobil Arena de Las Vegas (Nevada).
Jon Jones, de 35 años, quien regresaba al octágono después de más de tres años de ausencia, levanto los brazos en el primer round para sellar la victoria de la pelea.
“He estado trabajando para esto durante mucho tiempo”, dijo Jones después de su victoria. “Sabes, mucha gente pensó que nunca volvería. Leía todo el tiempo ‘Este tipo nunca volverá’, pero he sido fiel a mi objetivo, fiel a mi misión”.
El francés concedió su segunda derrota en 13 peleas contra un oponente considerado por muchos observadores como el mejor luchador de todos los tiempos y que, como tal, partía como favorito de su confrontación.
La prensa deportiva francesa e internacional catalogó la prestación de Gane de auténtica “decepción”. El francés inició el combate lanzando una patada ilegal en las partes nobles de su contrincante. Pero tras unas pocas respiraciones de Jones, la pelea se reanudó y el estadounidense se abalanzó sin compasión sobre Gane, quien se inclinó sin mayor gloria.
Cinturón para México
La concurrida velada supuso también la victoria por sumisión para la mexicana Alexa Grasso, quien se impuso a la kirguisa Valentina Shevchenk, la mejor peleadora de la historia en esa categoría. Grasso, quien no era considerada la favorita en esta pelea, demostró que nadie es invencible.
De esta forma, la mexicana se convirtió en la nueva reina del peso mosca. La corona de la UFC se marcha a Jalisco, México.