Tras dos inesperadas pruebas de fuego, el tenista español Rafael Nadal logró el sábado su primer triunfo contundente en este Abierto de Estados Unidos ante el francés Richard Gasquet, que lo instaló en los octavos de final del Grand Slam.
El español no tuvo piedad de su amigo y compañero generacional, al que ha ganado en todos sus 18 enfrentamientos, y finiquitó el choque por 6-0, 6-1 y 7-5 sobre la pista central de Flushing Meadows (Nueva York).
Nadal, que arrasó con los nueve primeros juegos del partido, solo encontró resistencia de Gasquet en un entretenido tercer set.
El español, ganador del Abierto de Australia y Roland Garros, sigue imbatido este año en 22 partidos en torneos de Grand Slam y ahora enfrentará en los octavos al estadounidense Francis Tiafoe, número 26 de la ATP.
“Hoy pude elevar un poco más mi nivel y eso es importante a medida que el torneo avanza”, se felicitó Nadal. “Ojalá que la victoria de hoy ante un gran amigo como Richard me ayude a crecer en mi tenis y confianza”.
El español saltó a la pista Arthur Ashe, la mayor del mundo, luciendo la marca en la nariz que él mismo se provocó el jueves con un raquetazo accidental.
“La nariz aún está ahí, un poco más grande de lo normal pero está bien”, bromeó después.
La herida, aunque no pareció afectarle en su juego, servía de recordatorio de las dos imprevistas batallas que tuvo que superar esta semana ante el debutante Rinky Hijikata y el veterano Fabio Fognini, que le desafiaron arrebatándole el primer set.
Fue un duro inicio de Grand Slam para el balear, que aterrizó en Nueva York con poco rodaje a causa de sus recientes lesiones y con la cabeza también en el estado de su esposa, Mery Perelló, embarazada del primer hijo de la pareja.
Nadal ansiaba un partido sin turbulencias y el cuadro le echó una mano emparejándolo con Gasquet, un rival al que conoce desde que ambos eran unos niños prodigio del tenis y con el que nunca había perdido como profesional.
El francés, de 36 años y 15 días más joven que Nadal, ni siquiera había podido arrebatarle uno de los últimos 31 sets que habían disputado desde 2008, una racha que ahora se alarga a 34.
Este sábado, en un nuevo capítulo de su dominio absoluto, Nadal puso rápidamente tierra de por medio con hasta nueve juegos consecutivos, con los que tomó una ventaja ya inalcanzable de 6-0 y 3-0.
Nadal construyó sobre la confianza del partido anterior, que supo finiquitar adolorido y mareado, y por primera vez se le vio dictando los puntos con autoridad y ejecutándolos con precisión.
Gasquet se afanaba en contener la avalancha y su elegante revés a una mano no era suficiente amenaza para su rival.
Gasquet, que encajó cuatro rupturas de servicio, solo inauguró su casillero de juegos después de 70 minutos de partido, con las gradas en pie celebrándolo.
El francés disfrutó el momento alzando también los brazos, y una vez que asumió su situación, se liberó mentalmente y puso sobre la mesa su mejor tenis.
Gasquet, que fue la gran promesa del tenis francés y llegó a ser séptimo de la ATP, rompió por primera vez el servicio de Nadal y le planteó un pulso que hizo disfrutar al público de la pista Arthur Ashe.
Con desventaja 4-5, el español puso el freno al avance de Gasquet y, con un quiebre y su afilado servicio, evitó los esfuerzos de un cuarto set.
El español fortalece así su confianza antes de entrar en la semana decisiva, en la que afronta enormes objetivos en el último Grand Slam del año.
El balear tiene al alcance su 23º título de Grand Slam, con el que ganaría terreno en la carrera con el ausente Novak Djokovic (21), y el liderato del ranking de la ATP, en posesión de Daniil Medvedev, a quien le espera unos octavos huracanados ante Nick Kyrgios.