Los Angeles, Estados Unidos | AFP | En medio de una cascada de rumores, la NBA se adentra en la semana final de su mercado de fichajes con una negociación bomba en marcha, el posible intercambio entre los estelares Ben Simmons y James Harden.
El base australiano Simmons, tres veces All-Star, no ha jugado aún un solo minuto esta temporada debido a su pleito con los Philadelphia 76ers, a quienes lleva meses demandando que le traspasen a otro equipo.
Los Sixers han resistido el desafío y, pese a faltarles uno de los mejores jugadores defensivos de la liga, se mantienen quintos de la Conferencia Este gracias a su imponente pívot Joel Embiid.
Pero sin Simmons, los Sixers difícilmente tendrán opciones en playoffs, por lo que deben decidir si le traspasan ahora por jugadores que ayuden a Embiid o alargan esta situación hasta el final de temporada.
Philadelphia corre el riesgo de desperdiciar el mejor momento de la carrera de Embiid, un jugador con un amplio historial de lesiones, pero hasta ahora ha rechazado todas las ofertas por Simmons a la espera de que les ofrezcan a un jugador diferencial.
La paciencia y sangre fría de Daryl Morey, jefe de operaciones de los Sixers, puede acabar dando sus frutos.
Según el medio digital The Athletic, los Brooklyn Nets están ahora abiertos a poner encima de la mesa a una de sus tres superestrellas, James Harden, para hacerse con Simmons.
Ganador del premio MVP de la temporada 2018, Harden era uno de los objetos de deseo de su viejo conocido Morey, quien durante años construyó las plantillas de los Houston Rockets alrededor de las virtudes del escolta.
Esta sociedad se rompió la pasada campaña cuando el tres veces máximo anotador de la NBA demandó a los Rockets ser traspasado a Brooklyn, donde formó un “superequipo” con Kevin Durant y Kyrie Irving con el que pretendía conquistar su ansiado primer anillo.
El trío, diezmado por las lesiones, fracasó en su primer intento de lograr el título y ahora viven una temporada turbulenta con la lesión actual de Durant y la ausencia de Irving en los partidos como visitante, debido a su negativa a vacunarse contra el coronavirus.
En este tenso ambiente, tanto Harden como los Nets han hecho saber su malestar mutuo y la franquicia, que se arriesga a perder al escolta a cambio de nada a final de temporada, ha aceptado finalmente sentarse a la mesa con los Sixers.
Brooklyn, eso sí, espera sacar más rédito de la operación y pretende que, además de Simmons, Philadelphia incluya a otros jugadores como Seth Curry, Tyrese Maxey o Matisse Thybulle.
– Una semana trepidante –
Además de Nets y Sixers, las necesidades apremian a muchos otros equipos para culminar operaciones antes de que suene la campana el jueves.
Por el lado de los aspirantes al anillo, Los Angeles Lakers se encuentran en la novena posición del Oeste y muchos se preguntan si serán capaces de mover a Russell Westbrook, cuyo encaje en el equipo ha sido altamente decepcionante.
Otras franquicias que aspiran a dar pelea en los playoffs, como los Dallas Mavericks, Boston Celtics o Atlanta Hawks, han mantenido también conversaciones para mejorar sus plantillas.
Por la parte de abajo de la tabla, varios equipos podrían poner a la venta a sus actuales figuras para iniciar procesos de reconstrucción.
Un ejemplo serían los Indiana Pacers, de quienes se ha reportado su disposición a desprenderse del pívot All-Star Domantas Sabonis, Myles Turner o Caris LeVert.
Los Houston Rockets y los Detroit Pistons, dos de los peores equipos de la NBA, están pensando más en la lotería del próximo Draft y podrían aceptar ofertas por los codiciados Christian Wood y Jerami Grant.
En la semana más trepidante del año en los despachos, en la NBA tampoco se descarta que jugadores franquicia como Bradley Beal (Wizards), De’Aaron Fox (Kings) o incluso el estelar Damian Lillard (Blazers), abandonen sus equipos de siempre en busca de destinos más competitivos.