La cifra asusta: más de 100 jugadores de la NBA han pasado este mes por el protocolo sanitario de la competición, que traducido a un idioma menos protocolario indica un alud de positivos por covid-19 en la liga. A pesar de ello, este 25 de diciembre las estrellas, o mejor dicho, las que quedan disponibles, saltarán a la pista de la jornada más esperada de la temporada regular, el día de Navidad.
El maldito virus se ha hecho fuerte en estas fechas navideñas alrededor del mundo, y las restricciones al alza en Europa contrastan con la inacción en Estados Unidos, donde la variante ómicron también gana peso. Adam Silver, el comisionado de la NBA, lo tiene claro: “No está dentro de nuestros planes pausar la temporada”. Un 90% de los cien positivos registrados por la liga ahora mismo lo son por la variante ómicron.
Esto es lo que hay, propugna la NBA. Y el mensaje discurre por dos lados: primero, the show must go on; segundo, hay que aprender a convivir con el bicho.
Convivir con el virus significa tirar de jugadores sustitutos o veteranos de otra época, como Joe Johnson volviendo a la disciplina de los Celtics con 40 años y Isaiah Thomas recuperando sensaciones con los Lakers. Son los reemplazos de última hora ante el alud de positivos que ocupa estos días las enfermerías de las franquicias, una oleada de temporeros que despertará la nostalgia en algunos y dará la oportunidad de su vida a secundarios de categorías inferiores.
En la noche de las grandes estrellas, varias de ellas deberán ver los partidos de sus compañeros desde sus casas, aislados del resto del mundo después de haber contraído la covid-19 estas últimas jornadas.
Aunque hay planes para reducir la cuarentena obligatoria de diez a seis días, de momento la liga se toma las cosas con cautela. Es un milagro que no haya, por ahora, ninguna suspensión con equipos como los Nets con diez jugadores en protocolos.
Vía mundodeportivo.com
