La creciente tensión en Oriente Medio tras el asesinato del general iraní Qasem Soleimani el último 3 de enero hace surgir dudas acerca de la sede del próximo mundial de fútbol.
Catar, el anfitrión del Mundial del 2022, es un importante aliado de Irán en la región, una postura que deja al pequeño emirato en desacuerdo con la mayoría de los países mediorientales.
Desde el 2017, Catar enfrenta un bloqueo aéreo, terrestre y naval por parte de Arabia Saudí, Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Yemen, Jordania y otras naciones debido a su postura positiva con relación a Irán. El bloqueo, todavía en vigor, dificulta la llegada de los turistas a Catar y hace que los viajes a la sede del mundial se vuelvan más costosos y largos.
Las esperanzas de que el bloqueo se levantara antes de la Copa Mundial del Mundo de 2022 disminuyen con el aumento de las tensiones entre las naciones del golfo Pérsico, ya que hace menos probable una mejora en las relaciones diplomáticas entre estos países.
La situación actual en Oriente Medio da fuerza a los rumores de que México, Estados Unidos y Canadá, las naciones anfitrionas del Mundial de 2026, podrían terminar recibiendo el campeonato cuatro años antes de lo previsto, en lugar de Catar.
Sin embargo, una fuente de la FIFA, que prefirió permanecer anónima, dijo a SunSport que todavía era “prematuro” para el organismo hacer algún comentario sobre el asunto, especialmente porque todavía quedan cerca de tres años hasta el próximo Mundial, que no tendrá lugar hasta noviembre de 2022.
Fuente: Sputnik