Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Sangre del Cordón Umbilical, una fecha promovida por la fundación estadounidense sin fines de lucro Save the Cord Foundation. El objetivo es claro: informar y sensibilizar a la población sobre el enorme potencial que tiene este recurso biológico, a menudo desaprovechado.
La sangre del cordón umbilical, que permanece en el cordón tras el nacimiento de un bebé, está cargada de células madre, capaces de regenerar tejidos y tratar enfermedades graves. Actualmente, es utilizada en terapias contra más de 80 afecciones potencialmente mortales, entre ellas diversos tipos de cáncer como la leucemia y el linfoma, así como trastornos de la sangre como la anemia falciforme.
Más allá de estos usos, su valor continúa expandiéndose en el campo de la investigación médica: desde el tratamiento del VIH hasta aplicaciones en medicina regenerativa para condiciones como el autismo, la diabetes, accidentes cerebrovasculares, lesiones de la médula espinal y traumas cerebrales.
Sin embargo, a pesar de su demostrado valor terapéutico, la gran mayoría de las familias no están al tanto de los beneficios de conservarla. En consecuencia, en muchos hospitales del mundo, la sangre del cordón umbilical es descartada como si fuera un desecho clínico, perdiéndose así una valiosa oportunidad de sanar o salvar vidas.
Por ello, esta jornada busca promover la educación y la difusión de información confiable. Si esta sangre puede marcar la diferencia en el tratamiento de tantos pacientes, ¿por qué seguir desechándola sin darle un propósito?









