Harold Frederick Shipman, también conocido como “Dr. Death,” es uno de los asesinos en serie más notorios de la historia moderna. Su caso es particularmente escalofriante debido a su profesión como médico, una posición de confianza que usó para perpetrar sus crímenes.
Harold Shipman nació el 14 de enero de 1946 en Nottingham, Inglaterra. Se graduó en medicina en 1970 en la Universidad de Leeds y comenzó a trabajar como médico general. A lo largo de su carrera, Shipman desarrolló una reputación de ser un médico competente y dedicado, ganándose la confianza de sus pacientes.
Shipman utilizaba su posición para administrar dosis letales de morfina o diamorfina a sus víctimas, la mayoría de las cuales eran mujeres ancianas que confiaban en él para su cuidado médico. Se estima que comenzó a matar en la década de 1970, pero no fue hasta la década de 1990 que las sospechas comenzaron a surgir.
Las alarmas comenzaron a sonar cuando Angela Woodruff, la hija de una de las víctimas de Shipman, Kathleen Grundy, notó irregularidades en el testamento de su madre, que había sido modificado para beneficiar a Shipman. Woodruff llevó sus preocupaciones a la policía, lo que desencadenó una investigación. En 1998, la policía exhumó varios cuerpos de pacientes de Shipman y encontró niveles letales de morfina en sus sistemas. Shipman fue arrestado y acusado de 15 asesinatos, aunque se cree que el número real de víctimas podría superar las 250, lo que lo convierte en uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia.
El juicio de Shipman comenzó en octubre de 1999. Fue declarado culpable de 15 cargos de asesinato y un cargo de falsificación el 31 de enero de 2000. Fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Durante el juicio, Shipman mostró poco remordimiento, manteniendo su inocencia.
Harold Shipman fue encontrado ahorcado en su celda de la prisión de Wakefield el 13 de enero de 2004, un día antes de su 58 cumpleaños. Su muerte fue considerada un suicidio.
El caso de Harold Shipman tuvo un profundo impacto en la profesión médica y en la regulación de la práctica médica en el Reino Unido. El “Shipman Inquiry,” una investigación pública liderada por la jueza Dame Janet Smith, examinó cómo pudo Shipman cometer sus crímenes durante tanto tiempo sin ser detectado. El informe resultante llevó a cambios significativos en la supervisión de los médicos y en los procedimientos de certificación de defunción. La historia de Harold Shipman es una de las más inquietantes en la historia criminal, no solo por el número de víctimas, sino también por la traición de la confianza pública en el sistema de salud.