Los cuatro miembros de una misión de SpaceX llegaron este lunes a Florida, desde donde despegarán la próxima semana para realizar la primera caminata espacial no gubernamental de la historia.
El comandante de esta misión de cinco días, bautizada Polaris Dawn, es el millonario estadounidense Jared Isaacman, que ya viajó al espacio en 2021.
“Han pasado dos años y medio desde que anunciamos el programa Polaris y ha sido una emocionante aventura de desarrollo y entrenamiento”, dijo el millonario en una rueda de prensa el lunes sin revelar cuánto dinero ha pagado por participar.
Para viajar, la compañía ha desarrollado su primera generación de trajes espaciales, íntegramente blancos y de aspecto futurista.
“¡Va a ser épico!”, prometió el jefe de SpaceX, Elon Musk.
Está previsto que el cohete Falcon9 despegue el lunes 26 de agosto desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida.
Dos empleadas de SpaceX formarán parte del viaje: Sarah Gillis, responsable de entrenar a los astronautas, y Anna Menon, quien trabajó antes para la NASA.
“He pasado años tratando de ponerme en el lugar de los astronautas en el espacio, tengo muchas ganas de experimentarlo yo misma”, dijo Menon.
El cuarto pasajero es el expiloto de la fuerza aérea Scott Poteet, amigo de Isaacman.
Los cuatro realizaron un entrenamiento intensivo que incluyó unas 2.000 horas en simulador, buceo, salto en paracaídas y ascensión al volcán Cotopaxi, en Ecuador.
“Este entrenamiento fue uno de los más difíciles que he hecho”, dijo Poteet, quien pilotó aviones de combate durante 20 años.
La misión tiene tres objetivos principales, además de llevar a cabo cuarenta experimentos a bordo.
Se propone alcanzar una altitud de 1.400 km, la distancia más lejana para una tripulación desde las misiones lunares Apolo.
También ha previsto una prueba de comunicación láser entre la nave espacial y los satélites Starlink de SpaceX.
Pero, sobre todo, en el tercer día llevará a cabo la famosa caminata espacial, que se retransmitirá en directo.
Como la nave no está equipada con una esclusa de aire, toda la tripulación quedará expuesta al vacío espacial cuando se abra la escotilla.
Dos pasajeros permanecerán a bordo, mientras que los otros dos se turnarán para aventurarse al exterior. Realizarán movimientos para probar los nuevos trajes, siempre enganchados a la cápsula, aunque en ocasiones sólo por los pies.