Si la vida en Venus realmente existe, la NASA pudo haberla detectado por primera vez en 1978. Pero este revolucionario hallazgo pasó desapercibido durante 42 años, según un grupo de científicos que estudió los archivos de la agencia espacial estadounidense.
Encontrar vida en Venus sigue siendo una posibilidad remota, pero ahora al menos existen razones para tomar esa idea en serio, escribe el portal Live Science.
El 14 de septiembre, un equipo de científicos hizo un anuncio impactante: logró detectar en la gruesa atmósfera de este planeta fosfano, un gas tóxico considerado desde hace tiempo como una posible señal de vida microbiana extraterrestre.
Este hallazgo representa un hito en la larga búsqueda de vida en otros planetas y cuerpos celestes del sistema solar. Los estudios anteriores centraron su atención principalmente en Marte y unas pocas lunas que orbitan alrededor de Júpiter y Saturno. Mientras tanto, Venus, el planeta caliente y venenoso, fue considerado durante mucho tiempo demasiado inhóspito para poder albergar vida microbiana.
No obstante, ahora, tras haber analizado los archivos de la NASA, Rakesh Mogul, un bioquímico de la Universidad Estatal Politécnica de California y sus colegas han encontrado un rastro de fosfano en los datos que fueron recogidos en 1978 por la sonda Pioneer 13. Su recopilación se hizo posible gracias al Espectrómetro de Masa Neutral de Gran Sonda (LNMS, por sus siglas en inglés). Es uno de los pocos instrumentos que en aquel año descendieron a la atmósfera del planeta tóxico. Suspendido con un paracaídas, el aparato recogió datos y los transmitió a la Tierra.
El LNMS tomó muestras de la atmósfera y las pasó por la espectrometría de masas. Se trata de una técnica estándar utilizada en los laboratorios para identificar sustancias químicas desconocidas. Cuando los científicos analizaron por primera vez los resultados del LNMS en la década de 1970, los compuestos basados en el fósforo no llamaron su atención. La presencia de átomos de este elemento químico fue desestimada porque la gente creía que “no hubiesen podido existir en la atmósfera” de Venus, señaló Mogul.
El científico estadounidense y sus colegas también encontraron huellas de otros elementos y sustancias químicas que no deberían haber aparecido en las nubes de Venus como el cloro, el oxígeno y el peróxido de hidrógeno. Lo que se necesita ahora es una exploración mayor y sostenida de Venus como “la que se realizó en el caso de Marte”.
“(…) Necesitamos realizar estudios químicos y geológicos a largo plazo para entender las fuentes de cualquier químico potencial en las nubes. Estos estudios podrían derivar de las sondas orbitales, sondas suspendidas por globos en las nubes, y/o sondas de aterrizaje estables al calor”, precisó.
La última característica, mencionada por Mogul, es particularmente importante, dado que Venus goza de una mala fama de matar a cualquier robot que aterrice sobre su superficie extremadamente caliente. De hecho, la NASA y las agencias espaciales de la UE, Rusia y de la India ya tienen planes para construir unos aparatos capaces de viajar a este planeta.
Fuente: Sputnik