Un equipo internacional de astrofísicos detectó por primera vez en la historia una colisión entre dos agujeros negros que dio lugar al nacimiento de un agujero negro 142 veces mayor que el Sol. Hasta ahora esa masa suponía el eslabón perdido de estos cuerpos celestes.
En mayo de 2019, los autores del estudio, investigadores de los laboratorios LIGO (EEUU) y Virgo (Italia), capturaron una misteriosa onda gravitacional que duró poco más de una décima de segundo.
Al examinar la onda, que bautizaron como GW190521, llegaron a la conclusión de que se había formado tras la fusión de dos agujeros negros. Uno de ellos era 66 veces más grande que el Sol, y el otro tenía 85 veces la masa de nuestra estrella.
“Esto es asombroso. Es muy importante. Este es realmente uno de los eventos de masa increíblemente alta que esperábamos ver, pero no estaba claro que, en realidad, esos agujeros negros de masa tan alta existieran”, explicó la investigadora Zsuzsanna Marka al portal Space.
Pero, ¿cómo pudo haber ocurrido dicha fusión? De acuerdo con los autores del estudio, los objetos espaciales comenzaron a acercarse, girando uno alrededor del otro varias veces por segundo, después de lo cual, colisionaron.
Se trata del colapso más potente jamás observado por los astrofísicos. La violenta colisión también dio lugar al primer registro del nacimiento de un agujero negro de masa intermedia: entre 100 y 1.000 veces la masa del Sol.
Hasta la fecha, solo se habían observado oficialmente dos clases de agujeros negros: los estelares, que son de 10 a 24 veces más masivos que el Sol, y los supermasivos, que son millones o miles de millones de veces la masa del Sol.
Fuente: Sputnik