El objeto pasó a menos de 3.000 kilómetros de distancia de la Tierra y solo fue detectado unas seis horas después del acercamiento.
El asteroide 2020 QG, del tamaño de un auto, voló el pasado domingo a 2.950 kilómetros de la Tierra, siendo el encuentro conocido más cercano con una roca espacial que no terminó impactando en nuestro planeta. Aunque 2020 QG sobrevivió al acercamiento, su camino a través del espacio se alteró significativamente, estima la NASA.
“Es realmente genial ver un pequeño asteroide acercarse tanto, porque podemos ver que la gravedad de la Tierra dobla drásticamente su trayectoria”, indica en un comunicado Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA.
Según el científico, los cálculos muestran que este asteroide “giró unos 45 grados cuando pasó cerca de nuestro planeta”.
Chodas también destaca lo difícil que es detectar “estos pequeños asteroides cercanos”, porque pasan “muy rápido” y, por lo general, solo hay “una breve ventana” de un par de días antes o después de una aproximación cercana cuando el cuerpo cósmico “está lo suficientemente cerca de la Tierra como para ser lo suficientemente brillante, pero no tan cerca como para moverse demasiado rápido”.
Acercamiento sorpresa
En el caso del 2020 QG, el evento resultó ser una sorpresa, ya que nadie lo había esperado. De hecho, el objeto fue detectado por el Observatorio Palomar en San Diego (EE.UU.) unas seis horas después del acercamiento.
El asteroide, que pasó a una velocidad de 44.440 km/h, mide entre 3 y 6 metros de diámetro. Por lo tanto, no puede considerarse como potencialmente peligroso, puesto que la NASA clasifica como tal cualquier objeto de un tamaño superior a los 150 metros y que se aproxime a la Tierra a menos de 7,5 millones de kilómetros.
Fuente: RT