Redacción AFP.– Reconstruir la relación con Estados Unidos será una dura tarea para el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pues el demócrata Joe Biden podría dificultar el crucial vínculo comercial o pasarle factura por su cercanía con Donald Trump.
La incómoda posición del mexicano se evidenció este sábado cuando optó por ser de los pocos dirigentes que se abstuvieron de felicitar al electo Biden, argumentando que esperará que se resuelvan los reclamos de Trump, quien desconoció la victoria y alega un supuesto fraude.
“No queremos ser imprudentes, no queremos actuar a la ligera”, justificó López Obrador.
Trump ganó la presidencia en 2016 con un discurso que tachaba a los mexicanos de “violadores” que llevaban “drogas y crimen” a Estados Unidos. Pese a ello, México logró entenderse con el republicano.
“Es muy desagradable esta retórica antimexicana de Trump, pero en los hechos hubo acuerdos importantes. La relación con los demócratas siempre ha sido fría y de Biden podría esperarse un mayor distanciamiento”, dice a la AFP Miguel Ángel Jiménez, analista del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).
Para Jiménez, la reacción de López Obrador confirma su cercanía con Trump y la preocupación por las semanas que le quedan en la Casa Blanca.
“Los compromisos tan fuertes que han construido le impiden que actué con más altura, con generosidad, como han hecho la mayoría de los líderes del G20. Es una situación no grata para el gobierno mexicano”, sostuvo.
Históricamente, México ha conseguido más de los republicanos, como la amnistía migratoria concedida por Ronald Reagan o el acuerdo de libre comercio (TLCAN) que George Bush padre negoció y fue firmado, con resistencias, por el demócrata Bill Clinton en 1994, recuerda Jiménez.
López Obrador, reacio a viajar al extranjero, visitó a Trump en Washington en julio en plena campaña electoral, un desacierto, según analistas, máxime cuando apareció en un video de campaña del republicano.
“Son hermanos de diferentes madres”, resume Jeffrey Davidow, quien fue embajador de Clinton en México, en un artículo en el diario Reforma.
Enumeró las coincidencias que, a su juicio, existen entre ambos: desprecio a las instituciones, a los derechos humanos y laborales, a las energías limpias y a la prensa, temas en los que, anticipa, Biden presionará.
“Una presidencia de Biden ofrecerá nuevos desafíos y oportunidades” que deben manejarse “con mayor habilidad” de la que se requirió con Trump, escribió Davidow.
-¿T-MEC en riesgo?-
Por la personalidad de Biden y la prioridad de reconciliar a los estadounidenses tras una encarnizada elección, analistas descartan dardos contra México, pero anticipan algunas repercusiones, especialmente comerciales.
La renegociación del acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México fue el clímax de la complicada relación con Trump. Con Biden, el T-MEC es nuevamente la mayor inquietud.
“Trump ya hizo lo que quería con México, el riesgo con él sería menor. Kamala Harris, la candidata demócrata a la vicepresidencia, fue detractora del T-MEC y podría poner piedras en el camino”, advierte Gabriela Siller, analista de Banco BASE.
Para Jiménez, el punto más sensible del T-MEC es la reforma laboral de México, reclamada por los demócratas para aprobarlo. “Van a exigir un cumplimiento muy puntual de esta reforma”, subraya.
Estados Unidos es el principal socio comercial de México y destino de más de 80% de sus exportaciones.
– Migración restringida –
La política migratoria, otro tema bilateral candente, no vería grandes cambios.
Aunque Biden cancele la construcción del prometido muro fronterizo de Trump, las duras restricciones contra la migración indocumentada continuarán, estima Dolores París Pombo, experta en migración del Colegio de la Frontera Norte en Tijuana (noroeste).
En 2019, Washington amenazó a México con aranceles a sus exportaciones si no detenía las caravanas de centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos.
París Pombo recuerda que desde 1996 se aprobaron leyes que criminalizan la inmigración indocumentada y los demócratas las han aplicado.
“Los gobiernos de Barack Obama fueron más duros en el número de las deportaciones, pero sin la resonancia mediática ni los niveles de crueldad de Trump”, señala.
Añade que, para evitar confrontarse con Trump, López Obrador, hizo concesiones “cuestionables”, como aceptar que solicitantes de asilo en Estados Unidos esperen en México por sus resoluciones o que militares fueran facultados para contener flujos migratorios.
Como “mucho”, París estima que Biden restablecerá el programa DACA, que beneficia a migrantes que llegaron siendo niños -79% de origen mexicano- y que Trump suspendió.
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