Más de 6 millones de casos del nuevo coronavirus fueron declarados oficialmente en el mundo, dos tercios de los cuales en Europa y Estados Unidos, según un recuento de la Universidad de Johns Hopkins.
Al menos se contabilizaron 6.003.762 casos de contagio, incluyendo 367.356 decesos, sobre todo en Europa, el continente más afectado con 2.135.170 casos (177.595 fallecidos), y en Estados Unidos, el país con mayor número de contagios (1.760.740) y de fallecimientos (103.472).
Es en América Latina donde el virus avanza más rápidamente, con un aumento de más de 45.000 casos en las últimas 24 horas, que llevaron el total a 944.695 contagios y 49.230 decesos. Brasil, foco de la pandemia en el subcontinente, se convirtió el sábado en el cuarto país del mundo con más fallecidos, al registrar 28.834 muertos por COVID-19 y desplazar a Francia.
En el gigante sudamericano de 210 millones de habitantes, los contagios aumentaron en 33.274 personas en 24 horas -un nuevo récord diario- y alcanzó un total de 498.444, la segunda cifra más alta del mundo detrás de Estados Unidos, con casi 2 millones de casos.
México sigue detrás con 9.415 decesos para una población de 120 millones, mientras Perú, con 33 millones de habitantes, contabiliza 4.371 muertos.
En total, América Latina superó este sábado las 50.000 muertes, mientras el número de contagios de la enfermedad rozaba el millón de casos, de acuerdo con un balance de la AFP.
Estados Unidos alcanzó la cifra de 1.759.725 casos confirmados de COVID-19 y la de 103.389 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro del país con 369.660 casos confirmados, una cifra solo por debajo de Rusia y de Brasil.
El viernes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asestó un gran golpe a las finanzas de la Organización Mundial de la Salud, haciendo permanente su decisión de romper los lazos con la agencia y redirigir los fondos de la OMS “a otras necesidades mundiales y urgentes de salud pública mundial”.
El movimiento provocó una violenta reacción violenta. Alemania criticó la decisión como “decepcionante” y un revés para la salud mundial, mientras que Richard Horton, editor de la revista médica The Lancet, dice que es una decisión que refleja “locura y terror”.
“El gobierno de Estados Unidos se ha vuelto deshonesto en un momento de emergencia humanitaria”, tuiteó. Por su parte, la Unión Europea llamó a los Estados Unidos a “reconsiderar” la decisión.
Con información de AFP y EFE