Un récord de 6,6 millones de estadounidenses solicitaron un subsidio de desempleo, según los datos oficiales de la última semana, superando las expectativas de los analistas en el marco del impacto económico de la pandemia de coronavirus.
Las medidas de contención decretadas frente a la pandemia por cada estado, en diversos grados de severidad, han obligado a muchas compañías a cerrar sus puertas o reducir drásticamente su actividad. El sector comercial y del transporte, muy afectado por la marcada desaceleración del comercio, es el que ha perdido la mayor cantidad de empleos, según datos provisorios. Otros sectores severamente penalizados son los del ocio, la hotelería, y la construcción.
Los crecientes despidos han llevado a muchos economistas a estimar hasta 20 millones de empleos perdidos para finales de abril. La tasa de desempleo podría subir hasta el 15% este mes, por encima del récord anterior del 10,8% establecido durante una profunda recesión en 1982. Muchos empleadores están recortando sus nóminas para tratar de mantenerse a flote porque sus ingresos se han derrumbado, especialmente en restaurantes, hoteles, gimnasios, cines y otros lugares que dependen de la interacción cara a cara, ante las recomendaciones de distanciamiento social. Las ventas de automóviles se han hundido, y las fábricas han cerrado.
El anterior reporte ya había pulverizado los récords previos, cuando 3,3 millones de personas solicitaron los beneficios durante la semana laboral que culminó el 21 de marzo, un aumento de más de tres millones más respecto al balance previo, cuando se presentaron 282.000 nuevos pedidos. La anterior marca más alta correspondía a octubre de 1982, cuando el beneficio fue solicitado por 695 mil personas.
El dato combinado de las últimas dos semanas bordea los 10 millones, una cifra superior a la suma de los pedidos de los últimos ocho meses.
Desde antes de la divulgación del informe, los analistas ya preveían un balance negativo, aunque mucho menor: las proyecciones estimaban unas tres millones de solicitudes y, las más pesimistas, hasta 5 millones de pedidos. “En este ambiente no podemos hablar sobre una recuperación de las acciones en el corto plazo. Lo mejor que uno puede esperar es que se estabilice el actual ambiente”, había señalado Francois Savary, jefe de inversiones en la gestora de activos suiza Prime Partners.
Un reporte publicado el miércoles indicó que los empleadores privados de Estados Unidos recortaron 27.000 empleos el mes pasado, que fue una cantidad mucho menor a lo que los economistas habían pronosticado, debido a que el informe utilizó datos hasta el 12 de marzo antes de que el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo registrara un aumento récord.
También en la víspera, la agencia de calificación de crédito Standard & Poor’s advirtió que todos los indicadores económicos del sector público en Estados Unidos están ya a la baja por el impacto del coronavirus y eso podría conllevar a rebajas de la calidad crediticia y una recesión al nivel o peor que la de 2008, que podría no tener precedentes desde la II Guerra Mundial. Según el informe, se espera una “fuerte caída en la economía hasta, al menos, el segundo trimestre”, mientras que la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y sus efectos sobre la actividad económica podría provocar previsiones aún más pesimistas.
Los analistas proyectan un escenario que podría ser aún peor, con una recesión que no tendría precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, con una caída del empleo y de la actividad peor que la de la “Gran Recesión” de 2008.
El aciago escenario se completa con un desempleo del 10,1% en el segundo trimestre y 10 millones de trabajos destruidos con un desplome del consumo del 13,2 % entre abril y junio, cuando se espera que impacte lo peor de la pandemia en el país, que podría dejar hasta 100.000 muertes hasta agosto, según las proyecciones de la Casa Blanca.
“En general, el escenario base (el más moderado) seguramente estará a la par con la Gran Recesión, pero en un período de tiempo más corto”, explica el análisis. En el escenario más negativo, el que llaman de “recesión profunda”, “el posible daño económico excedería con creces” el de 2008, aunque los analistas de la entidad se inclinan por una caída y posterior recuperación en forma de “U”.
(Con información de AP y AFP)