Ante la llegada del coronavirus a Latinoamérica, las actividades escolares fueron suspendidas en la mayoría de los países, como una medida que busca evitar la propagación de la enfermedad en los centros educativos.
Una de las soluciones que se ha sugerido para garantizar la prosecución del año escolar es mediante el uso de las nuevas tecnologías. Sin embargo, ¿es viable la “educación a distancia” o “aulas virtuales” en la región?
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el gasto público en educación ha aumentado, alcanzando en promedio el 5,2 % del PIB en 17 países de la región, pero hay diferencias notables entre cada uno de ellos.
De hecho, la comisión destaca que América Latina enfrenta el desafío de la deserción escolar y la retención de estudiantes en la educación media, mientras todavía hay rezagos en las áreas de innovación en la docencia y modernización del sistema educativo.
Acceso a internet
Hasta 2019, en América Latina y el Caribe se contaban 454 millones de usuarios de internet, en comparación con los poco más de 300 millones en 2013. De hecho, el último informe Internet Trends señala que el porcentaje de acceso a la red en la región ya es de 62 %.
En más detalle, la CEPAL destaca que el acceso a internet en primaria y secundaria alcanza el 56 % y el 81 % del total de estudiantes, respectivamente, lo que devela que casi la mitad de los niños de la región no podría acceder a la educación a distancia y un 19% de los adolescentes tampoco.
“En países como Brasil, México, Colombia y Cuba se constata una fuerte política para promover la educación a distancia”, señala el libro ‘La educación superior a distancia en América Latina y el Caribe’, que compila el trabajo de 20 autores en 12 países de la región.
Sin embargo, esa modalidad aún es reducida. “En el contexto de América Latina hay países que tienen una mejor infraestructura para poder afrontar con más éxito lo que implica la formación a distancia. Pero no solamente hay que considerar la calidad de la infraestructura, que pasa por tener fibra óptica desplegada, nodos propios para el intercambio de contenido local, experiencia en centros de educación ya consolidados con aulas virtuales, sino el acceso a todo eso”, comenta a RT Alexis Anteliz, ‘hacktivista’ y miembro de Internet Society (ISOC) y la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN).
Desigualdades persistentes
Naciones Unidas es tajante al apuntar que la región debe “reducir las desigualdades” en el acceso a Internet para fortalecer sus sistemas educativos. A su vez, considera que no es lo mismo “tener disponibilidad de internet en los hogares”, que tener “acceso a internet por parte de los miembros del hogar”.
“Es importante hacer esta distinción porque las personas no necesariamente acceden a Internet desde el propio hogar, ya que pueden tener acceso a computadoras y a Internet en la escuela o en la universidad, en centros públicos o en otros hogares”, agrega la ONU.
Además de otros factores como la velocidad del servicio o el precio del mismo. “Asociado al tráfico de internet está el consumo de electricidad. Y, por otra parte, no en todos los países hay neutralidad de la red, es decir, el tráfico de datos no se mueve de forma imparcial, sino que dependiendo de lo que pagues, tienes más o menos acceso a calidad de servicio”, agrega Anteliz.
Según este experto, el desafío tanto de la educación como del trabajo a distancia también requieren “institucionalidad” y “voluntad política” por parte de los gobiernos de la región, por lo que considera que el coronavirus podría ser una alerta sobre la necesidad de mejorar este aspecto.
No solamente hay que considerar la calidad de la infraestructura, que pasa por tener fibra óptica desplegada, nodos propios para el intercambio de contenido local, experiencia en centros de educación ya consolidados con aulas virtuales, sino el acceso a todo eso.
Internet, radio y televisión
Mientras eso se logra, la ONU considera importante mirar más allá de internet y contemplar también otras alternativas como el uso de la “radio, televisor, teléfono fijo, celulares, entre otros” para avanzar en la educación a distancia, pues en las zonas más rurales de América Latina aún es muy débil la presencia de internet.
Por ejemplo, el gobierno de Argentina puso en funcionamiento una plataforma online en la que navegar será gratis durante lo que dure la suspensión de clases a raíz de la cuarentena, implementada para evitar la propagación del coronavirus. Pero a su vez, también propuso la emisión de cuatro horas de contenido educativo a través de la televisión pública, a la que se enlazan también algunas emisoras radiales.
En Venezuela, país cuya infraestructura se ha visto especialmente afectada por el bloqueo económico de EE.UU., se ha implementado un plan denominado “cada familia una escuela” para proseguir con el año escolar en medio de la pandemia.
Graciela Raspisarda, jefa de la zona educativa de Caracas, capital de Venezuela, explica que en sus inicios el plan estaba pensado para que los profesores estuvieran en las escuelas dando las orientaciones necesarias. “Pero ahora, en cuarentena total, nos ha tocado llevar esto adelante en absoluta distancia“, dice.
Raspisarda detalla que Caracas tiene alrededor de 1.300 escuelas con matricula fija y, el primer día de cuarentena, constataron que en unas 1.200 escuelas era posible establecer nexos por correo, WhatsApp y otras modalidades remotas, lo que, según esta maestra, fue clave para saber que si iban a poder avanzar con el año escolar a distancia utilizando todas esas herramientas.
Pero, conscientes de las carencias, también se propuso el programa televisivo ‘Cada familia una escuela’, que se transmite por el canal del Estado (VTV) de lunes a viernes a las 10:00 am (hora local) como una forma de orientación y apoyo a las familias.
Desde ahí, docentes de educación maternal, primaria, secundaria y especial, emiten contenidos educativos tomando en cuentas las diversas edades y condiciones de los niños, y colocan asignaciones a realizar en tiempos determinados.
“Al ver que el programa ha calado, pues elaboramos un plan de acción que convirtió la casa de cada director y supervisor en una sala situacional, generamos dos reportes diarios sobre las clases que vamos impartiendo, uno a las 10:00 de la mañana y otro a las 3:00 de la tarde. Cada supervisor se comunica con el director, luego hay comunicación intercircuitos, cada circuito reúne entre 8 y 12 escuelas, y luego vamos sistematizando”, dice Graciela, quien comenta que a diario recibe fotos de los niños cumpliendo con sus deberes escolares desde sus hogares.
El mecanismo de evaluación será a través de una carpeta o portafolio, donde los estudiantes van a colocar todas las asignaciones emanadas desde el programa de TV. Según esta autoridad, los trabajos de investigación, mapas mentales, etc., se van colocando ahí, y al final del lapso esas carpetas van a ser recogidas y evaluadas con las medidas de seguridad respectivas.
Esto es un aprendizaje para todos pues en Venezuela uno generalmente usa estas redes pero para enviar informaciones que luego se discuten presencialmente.
“Vamos bien, cada familia ha establecido una rutina para sus hijos con orientaciones de las autoridades y las maestras. Tenemos relatos muy bonitos de estos días”, agrega la educadora venezolana.
Sin decisiones claras
Mientras tanto, países como Ecuador decidieron suspender las clases hasta hallar un método que permita a todos acceder a la educación a distancia, a través de una plataforma virtual.
“El problema está en que solamente un 30% tiene tanto las computadoras en su casa (los equipos), como el plan de conectividad”, explicó la ministra de Educación ecuatoriana, Monserrat Creamer, quien agregó que por ahora están probando con el envío de contenidos educativos a través de Whatsapp, mensajes SMS, televisión, y cientos de radios comunitarias y rurales.
Igualmente, el gobierno de Colombia decidió suspender las clases hasta el próximo 20 de abril cuando, dependiendo de la evolución del coronavirus, determinarán si se continúa con el calendario escolar presencial o virtual. Algo similar hizo el mandatario de El Salvador, quien evaluará el panorama tras culminarse los 21 días de suspensión.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aún no ha suspendido las clases escolares, aunque los gobiernos de Sao Paulo y Río de Janeiro sí tomaron la medida.
La solución que han implementado países como México es el decreto de “vacaciones escolares” sin clases a distancia, mientras otros, como Perú, aún evalúan qué medidas tomar en el ámbito educativo para garantizar la finalización del año en curso para los estudiantes de todos los niveles.
Por Jessica Dos Santos, fuente: RT