Los científicos siguen esclareciendo los mecanismos de contagio del nuevo coronavirus para perfeccionar las medidas de prevención. El porcentaje de letalidad difiere según países y es un factor todavía lejos de especificarse.
Científicos de todo el mundo investigan la manera en que se propaga el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. La OMS advierte que los contagios se producen principalmente “por contacto con las gotículas respiratorias más que por el aire”. Es decir, las gotas que se posan sobre objetos y superficies cuando una persona infectada tose o estornuda. A partir de aquí, otras personas pueden entrar en contacto con ellas tocándolas con las manos, que luego se llevan a la cara (ojos, nariz y boca).
Tal mecanismo de transmisión obra que cada persona infectada pueda así contagiar a otras dos o tres sanas. Según las conclusiones del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, y ya publicadas en la revista The New England Journal of Medicine, el patógeno puede permanecer hasta 3 horas suspendido en el aire, 4 en el cobre de las monedas, 1 día en el cartón y 2-3 en superficies de plástico o metales como el acero inoxidable. De ahí que la recomendación sanitaria de lavarse regularmente las manos sea una medida de prevención vital.
El aire es lo que menos propaga
La transmisión aérea del nuevo coronavirus es baja. Según la OMS, los ascensores, por ejemplo, no parecen ser una vía principal de propagación. Estudios preliminares en EEUU muestran que las infecciones sintomáticas dentro de una misma casa en la que habitan varias personas apenas alcanzan un 10%, reduciéndose fuera del hogar a una tasa del 0,45%. En comparación con los aerosoles y nebulizadores, las gotas en las que viaja el virus caen al suelo antes, razón por la que hay que mantener entre uno y dos metros de distancia entre las personas.
La OMS sigue insistiendo en que no es necesario que las personas sanas porten mascarillas. Sin embargo, los contagios se suceden en los hospitales. Al respecto, los informes técnicos elaborados por el Ministerio de Sanidad de España señalan que la transmisión aérea o por aerosoles, incluso a más de dos metros de distancia, podría estar teniendo lugar “durante la realización de procedimientos médicos invasivos del tracto respiratorio”.
¿Es posible la reinfección?
Una de las preguntas que asalta a la opinión pública es si una misma persona puede contagiarse dos veces. La literatura científica sólo reconoce cuatro casos, los de unos sanitarios en Wuhan que enfermaron con síntomatología leve. Entre una y dos semanas después de haberse restablecido, volvieron a dar positivo en las pruebas PCR. Realizaron cuarentena y no contagiaron a su entorno. Los autores del estudio, de la Universidad de Wuhan, admiten la posibilidad de un fallo de la prueba PCR (un falso positivo), aunque procedieron a su repetición.
Si esto fuese la tónica general, la contención del virus se antojaría imposible. Pero los científicos restan realismo a las dobles infecciones. “Probablemente son residuos que están siendo destruidos por el sistema inmune”, opina Isabel Sola, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Sus colegas chinos creen que la reinfección es imposible, así quedó demostrado en pruebas realizadas con macacos.
En el hospital Gregorio Marañon de Madrid explican que el sistema inmune tarda en torno a un mes en aprender a desarrollar una memoria ante el virus, por lo que es posible que esos dobles positivos se debieran a que aún no se había desarrollado una respuesta inmune completa. Por el momento se desconoce la duración de la inmunidad ante el virus. Normalmente, tras pasar una infección vírica, la inmunidad desarrollada es larga, pero con algunos coronavirus no es así. Frente al MERS ―surgido en 2012― el cuerpo humano desarrolla una inmunidad de cerca de un año.
Segunda oleada y letalidad
Los expertos advierten de la posibilidad de una segunda oleada de infecciones en octubre, una vez se levanten las medidas de aislamiento. Hay que tener en cuenta que estas medidas tratan de evitar el colapso de los sistemas sanitarios, pues tienen que atender el ingreso de cerca del 15% de los contagiados. Un informe del Imperial College de Londres advierte que las medidas de distanciamiento social se tendrían que alargar hasta 18 meses y que solo la aparición de una vacuna podrá sofocar la pandemia.
El coronavirus SARS-CoV-2 es muy contagioso, pero muta poco. Y la tendencia de los virus, en general, es que con el tiempo se vayan haciendo menos dañinos para sus huéspedes. Pero la letalidad del virus es lo que más preocupa a la opinión pública, dado el baile de cifras dependiendo de cada país. En Corea del Sur, por ejemplo, es de un 1,2%. En la provincia china de Hubei, el origen del foco, es de un 3,7% y en el resto de China no llega al 0,8%. En España es del 6,6% y en Italia llega casi al 9,2%.
El número de pruebas efectuadas es clave aquí; es decir, la letalidad en cada país es un porcentaje sobre el número de diagnosticados que han dado positivo en la prueba. Y aquí Corea es el campeón con más de 200.000 tests realizados a personas distintas. Y teniendo en cuenta que gran parte de la población infectada no presenta síntomas y, por tanto, no se someterá a la prueba, la letalidad puede ser aún más baja que las cifras asiáticas.
En España, a diferencia de China, Corea del Sur, EEUU, Italia y Francia, no se informa de la edad y el sexo de todos los fallecidos. Se hizo al principio y la edad media era de algo más de 85 años. Pero ahora no se ofrecen datos, tampoco relativos a los ingresados o contagiados. En Italia se sabe que la edad media de las víctimas mortales es algo superior a 80 años y que el 80% son hombres. En EEUU hay mucha más gente joven (entre 20 y 54 años) ingresada en comparación a otros países.
Fuente: Sputnik