La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo desarrolló la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, cuya conmemoración culminó con la celebración de una eucaristía en la Catedral Primada de América, oficiada por Mons. Jesús Castro Marte, obispo auxiliar.
La conmemoración de la Jornada, que dio inicio el día 3 de febrero y concluyó en el día de hoy, tuvo como objetivos implementar acciones de carácter preventivo, educativo y de promoción para propiciar la conservación del buen estado de salud, desarrollar actividades curativas en segmentos sociales frágiles, y contribuir al fortalecimiento de una cultura de atención sanitaria basada en la calidad, calidez y humanización del servicio.
En el país, 358 órganos eclesiales, en conjunto a decenas de voluntarios, realizaron cada día múltiples actividades como visitas hospitalarias y domiciliarias, distribución de medicamentos y alimentos a través de la red de centros de salud. Estas acciones impactaron a personas de distintas edades residentes en las áreas geográficas donde inciden las Vicarías Episcopales Territoriales y sus respectivas zonas pastorales, parroquias, sectores, escuelas y comunidades.
Cada año la Pastoral de la Salud a través de su Escuela de Formación capacita a cientos de personas, con el fin de mejorar los servicios de atención a los enfermos. Esta gestión se fortalece mediante acuerdos arribados junto a instituciones de formación superior y técnico e instituciones gubernamentales como evidencian los convenios rubricados con el Ministerio de Salud y Asistencia Social, Promese/CAL, Servicio Nacional de Salud y el Consejo Nacional de Drogas.
Mensaje del papa Francisco
Con las palabras pronunciadas por Jesús, tomadas como lema en la actual Jornada, «Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo os aliviaré», el Santo Padre Francisco envía un mensaje a los hombres y mujeres en el orbe, e invita a reflexionar « ¿Por qué Jesucristo nutre estos sentimientos? Porque él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre. Efectivamente, sólo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá ser consuelo para otros. Las formas graves de sufrimiento son varias: enfermedades incurables y crónicas, patologías psíquicas, las que necesitan rehabilitación o cuidados paliativos, las diversas discapacidades, las enfermedades de la infancia y de la vejez… En estas circunstancias, a veces se percibe una carencia de humanidad y, por eso, resulta necesario personalizar el modo de acercarse al enfermo, añadiendo al curar el cuidar, para una recuperación humana integral.»
El pontífice Francisco envía un mensaje consolador a quienes se encuentran atrapados en contextos de guerra y de conflicto violento, y aquellos cuyas posibilidades de acceder a tratamientos de sus afecciones son reducidas.
Durante la eucaristía estuvieron presentes los directivos sor Trinidad Ayala Adames, coordinadora, y el César Iván Feris Iglesias, vicecoordinador, de la Pastoral de la Salud, respectivamente; Angélica Benítez de Ginebra, presidenta de la Asociación Dominicana de Voluntariado Hospitalario y de Salud (ADOVHOS), así como autoridades eclesiales, funcionarios, representantes de organizaciones sin fines de lucro, voluntarios, fieles y relacionados a la entidad.