La crisis empezó con el bombardeo de objetos de una milicia chiita iraquí y estalló con el asesinato del influyente general iraní Qassem Soleimani. Mientras que desde Irán prometen represalias, EE.UU. aumenta su presencia en la región e Irak es escenario de una serie de ataques y enfrentamientos.
RT ACTUALIDAD- En los últimos días las relaciones entre Washington y Teherán, que nunca han sido amistosas en los últimos 40 años, han empeorado hasta el punto en que varios representantes políticos tanto de Irán como de EE.UU. las han caracterizado de estado de guerra ‘de facto’. Repasemos el curso de los acontecimientos que amenazan con empeorar la situación en Oriente Medio.
Intercambio de golpes
El pasado 27 de diciembre, un contratista civil estadounidense murió y cuatro militares resultaron heridos en un ataque con misiles a una base militar de EE.UU. cerca de Kirkuk, en Irak.
Dos días después, las fuerzas estadounidenses bombardearon en Irak y Siria cinco bases de la milicia chiita Kataib Hezbolá, la mayor de las organizaciones que integran la coalición proiraní Fuerzas de Movilización Popular. Al menos 25 militantes fallecieron.
Desde Washington aseguraron que la acción fue realizada en respuesta al ataque en Kirkuk, cuya autoría atribuyeron a Kataib Hezbolá.
El secretario de Defensa de EE.UU., Mike Pompeo, declaró que el presidente del país, Donald Trump, fue informado sobre el bombardeo y destacó que la Casa Blanca “no tolerará” que Irán “tome medidas que pongan en peligro a hombres y mujeres estadounidenses”.
Por su parte, al día siguiente Teherán calificó el bombardeo de “claro ejemplo de terrorismo” y negó cualquier relación de Irán con el ataque a militares de EE.UU. “Rechazamos enérgicamente cualquier papel [de Irán] en el ataque contra fuerzas estadounidenses”, precisó el portavoz del Ministerio de Exteriores de la República Islámica, Abbás Mousaví.
El primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, condenó los ataques estadounidenses y advirtió que tendrían “graves consecuencias”. Asimismo, el 31 de diciembre ordenó declarar tres días de duelo nacional por las víctimas de los ataques de EE.UU.
Asalto a la Embajada de EE.UU.
En el primer día de luto, una multitud de partidarios de Kataib Hezbolá salió a las calles de la capital iraquí, Bagdad, ondeando banderas de la organización y cantando consignas anti-estadounidenses. Prendieron fuego al muro que protege la Embajada estadounidense e ingresaron en su territorio, incendiando el puesto de control de la misión diplomática y arrojando piedras. El fuego también destruyó la sala de recepción del complejo.
El incidente provocó una escalada de tensión entre Washington y Teherán. Trump acusó a Irán de “orquestar un ataque” contra la Embajada y advirtió que la República Islámica “pagará un precio muy grande” por la acción. Horas después, suavizó su retórica y declaró que no quiere una guerra con Irán. No obstante, elsecretario de Defensa, Mark Esper, ordenó que se desplegaran de inmediato alrededor de 750 soldados adicionales en Oriente Medio.
El anuncio de Esper provocó que las protestas continuaran también el miércoles y acabaron en un campamento fuera del complejo, con los manifestantes exigiendo que EE.UU. se retirara de Irak.
El líder supremo iraní, Alí Hoseiní Jameneí, rechazó rotundamente las acusaciones y afirmó que, “si la República Islámica decide desafiar y luchar, lo hará de manera inequívoca”. “No buscamos guerras, pero defendemos firmemente los intereses, la dignidad y la gloria de la nación iraní”, comentó el ayatolá.
Asesinato del general Soleimani
Este jueves, Esper afirmó en un nuevo anuncio que EE.UU. tiene indicios de que se planeaban “ataques adicionales” contra la misión diplomática estadounidense en Bagdad y de nuevo acusó a Teherán de estar detrás de los manifestantes.
El secretario de Defensa acompañó su declaración con la amenaza de emprender “una acción preventiva” si la información era confirmada.
Ese mismo día por la noche varios misiles cayeron en el aeropuerto de la capital iraquí. Entre las 12 personas que murieron en el ataque se encontraban el prominente general iraní Qassem Soleimani y el líder de Kataib Hezbolá y de las Fuerzas de Movilización Popular, Abu Mahdi al Muhandis. El Pentágono asumió la responsabilidad del asesinato.
Soleimani era el comandante de la Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI), una división de élite que se dedica a la inteligencia militar, así como a las operaciones especiales fuera de Irán. Varios expertos consideran que era “la segunda persona más poderosa en Irán”, un hombre que en la cadena de poder se situaba después del ayatolá Jameneí y “posiblemente por delante del presidente de Irán”, Hasán Rohaní.
Argumentos de EE.UU.
Comentando el ataque, el Pentágono acusó a Soleimani de “desarrollar activamente planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región” y lo culpó de la muerte de cientos de estadounidenses y miembros de la coalición.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, quien el 3 enero se pronunció sobre el asunto, ratificó esas conclusiones señalando que el general iraní había arribado a la capital iraquí desde Damasco (Siria), donde estuvo preparando los supuestos ataques. No obstante, cuando se le pidió ofrecer detalles sobre tales planes, O’Brien se negó a revelarlos, argumentando que se trataba de información “extremadamente secreta”.
Donald Trump, por su parte, aseveró que “Soleimani mató o hirió gravemente a miles de estadounidenses durante un período prolongado de tiempo, y estaba conspirando para matar a muchos más”, pero EE.UU. logró “detenerlo”. “Debería haber sido eliminado hace muchos años”, agregó.
En un discurso ante los periodistas en Palm Beach (Florida), Trump afirmó que el ataque en el que murió Soleimani fue realizado para alcanzar la paz. “Anoche tomamos medidas para detener una guerra. No tomamos medidas para iniciar una guerra”, señaló.
Respuesta de Irán
El presidente Rohaní prometió que Teherán y otras naciones de la región “vengarán el martirio de Soleimani”. El ayatolá Jameneí también afirmó que a los “criminales” que mataron al mayor general les espera una dura venganza.
Tras anunciar tres días de duelo nacional por la muerte del general, Jameneí ha nombrado al general de brigada Esmail Ghaani como nuevo comandante de la Fuerza Quds.
Por su parte, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, calificó los ataques de EE.UU. de “acto de terrorismo internacional” y ha advertido de que esta acción “extremadamente peligrosa” tendrá sus consecuencias para EE.UU.
El embajador de Irán ante la ONU, Majid Takhte Ravanchi, en una carta dirigida al Consejo de Seguridad aseguró que Teherán se reserva su derecho a la legítima defensa en virtud del derecho internacional.
Tensión en aumento
Este sábado, Kataib Hezbolá emitió un comunicado en el que advierte a los militares iraquíes que se alejen de las bases estadounidenses a una distancia no menor de 1.000 metros a partir de este domingo por la noche. “Los líderes de las Fuerzas de Seguridad no deben permitir que sus combatientes sean un escudo humano para los invasores”, subrayó un comandante de las Operaciones Especiales de la milicia.
Por la tarde del mismo día, la base aérea Balad, ubicada a 87 kilómetros al norte de Bagdad y que alberga tropas de EE.UU., así como la Zona Verde de la capital iraquí, donde se encuentra la Embajada estadounidense, fueron objetivo de sendos ataques con misiles. Las acciones fueron confirmadas por la coalición liderada por Washington.
Unas horas más tarde, fuentes del periódico Al Mayadeen en las Fuerzas de Seguridad de Irak reportaron un ataque contra dos objetos de milicias chiitas proiraníes en la frontera siria-iraquí. Uno de ellos está situado cerca de la ciudad siria de Abu Kamal y otro, al otro lado de la frontera, cerca del pueblo iraquí de Al Qaim.
Mientras tanto, Donald Trump advirtió este sábado que, si Teherán ataca a ciudadanos de EE.UU., Washington atacará 52 objetos “muy importantes para Irán y la cultura iraní”, ya designados como objetivos por la Casa Blanca. “Esos objetivos, y el propio Irán, serán golpeados muy rápido y muy duro”, prometió.
El mismo día, el Pentágono inició el desplazamiento a Oriente Medio de unos 3.500 soldados, que se unirán a las aproximadamente 700 tropas estadounidenses que ya están presentes en la zona.
Así reaccionó el mundo
Observadores internacionales empezaron a comentar el conflicto justo después del asesinato de Soleimani, punto de no retorno en la actual escalada de tensiones entre Washington y Teherán.
Rusia y Francia: “La acción [de EE.UU.] puede agravar seriamente la situación en la región”
Irak: el ataque es una “grave violación de la soberanía de Irak” y puede provocar “una guerra devastadora en Irak, la región y el mundo”
China: condenó el bombardeo e instó a que EE.UU. debería dejar de abusar del uso de la fuerza.
Alemania: el asesinato de Soleimani fue una reacción a las “provocaciones militares” de Irán
Israel: el ataque fue una acción de “autodefensa”, “el presidente Trump merece todo el crédito por actuar con rapidez, fuerza y decisión”
Brasil: es un episodio de “la lucha contra el flagelo del terrorismo”
Argentina instó a encontar “una salida pacífica y negociada que evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional”
Cuba: “Esta acción representa una grave escalada en la región de Medio Oriente, donde puede estallar un conflicto con incalculables consecuencias para la paz y la seguridad internacional”
Venezuela llama a Washington “a respetar el derecho internacional y a preservar la paz”
México: Andrés Manuel López Obrador se negó a comentar los hechos
Austria: Sebastian Kurz propuso celebrar una cumbre entre Irán y EE.UU en Viena.