El feminicidio de Noeliz King dentro de la cárcel Fortaleza Santa Bárbara, en Samaná, expone las condiciones de seguridad en este centro penitenciario, que aún opera bajo el viejo modelo carcelario.
Fue el pasado domingo cuando un recluso identificado como “Yerald”, quien cumplía medida de coerción desde julio del año pasado por homicidio, asesinó a puñaladas a Noeliz King, en la Fortaleza Santa Bárbara, Samaná, durante una visita conyugal.
Según informó el director general de Prisiones, Roberto Hernández Basilio, el crimen ocurrió en una celda conocida como “boleta”, un espacio reducido utilizado como habitación individual donde los internos conviven sin separación conyugal ni vigilancia constante.
A diferencia de otros centros penitenciarios, donde existen áreas específicas para visitas íntimas bajo supervisión, en esta prisión las visitas se realizan dentro del área de residencia de los reclusos, lo que facilitó el ataque.
El agresor usó un arma de fabricación carcelaria para asesinar a su pareja y luego quitarse la vida. Las autoridades investigan cómo obtuvo el arma y por qué no hubo alertas previas al crimen.
Este caso reaviva el debate sobre la seguridad en las cárceles del país y la necesidad de reformas en el sistema penitenciario.