El geólogo Osiris de León explicó el proceso de exploración y análisis de las tierras raras en República Dominicana, destacando su importancia estratégica y los beneficios que podrían generar para el país.
Durante una entrevista, señaló que la exploración ha permitido identificar depósitos con concentraciones de tierras raras hasta cuatro veces mayores que las reportadas en otros países.
“En este caso, ese depósito de Las Mercedes, el depósito del Aceitillá, el depósito del Turco, tienen entre 1,700 y 2,000 partes por millón como sumatoria total de elementos de tierra rara, mientras los demás países tienen en promedio 450, 500, 550”, explicó De León. Agregó que el proceso de exploración continúa con estudios geoquímicos, geofísicos y perforaciones que permitirán confirmar las reservas probadas.
De acuerdo con el geólogo, los estudios han avanzado hasta el punto en que se están enviando muestras a laboratorios en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Brasil y Alemania para evaluar “pruebas de respuesta de los elementos de tierra rara a diferentes tecnologías metalúrgicas, para ver con cuál funciona mejor, cuál tiene mayor recuperación, a menor costo, con menor contaminación”.
El especialista destacó que el aprovechamiento de las tierras raras podría representar una gran oportunidad económica para el país, ya que estos minerales son esenciales en la fabricación de dispositivos tecnológicos avanzados, desde celulares y computadoras hasta turbinas eólicas y vehículos eléctricos. “Las tierras raras son la base fundamental para la electromovilidad y para la transición energética”, subrayó.
En cuanto al impacto ambiental, De León afirmó que la minería de tierras raras en el país no ha generado afectaciones químicas significativas, aunque sí un impacto visual. Explicó que la explotación de bauxita por parte de la Alcoa Exploration Company durante 22 años dejó “un impacto visual porque la minería de la bauxita es selectiva”.
Señaló la necesidad de que las áreas afectadas por la actividad minera sean restauradas, planteando que “ya es tiempo de que todas esas áreas que han sido intervenidas para remover materiales de las porteras terrestres, sean ahora intervenidas por el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales de la mano del operador minero y exigir un programa de recuperación ambiental”.
Para lograrlo, propuso que el terreno debe quedar “primero nivelado, segundo, con suficiente pendiente para que el agua de lluvia drene adecuadamente hacia arroyos y cañadas vecinos y tercero, reforestar la zona con especies forestales típicas de la zona”.
Además, De León enfatizó la importancia de establecer regulaciones claras y mecanismos de supervisión para garantizar que la explotación de estos recursos no cause un daño irreversible. “Debe haber un seguimiento riguroso por parte del Ministerio de Energía y Minas y del Ministerio de Medio Ambiente para garantizar que el proceso sea sostenible y no se comprometan los ecosistemas de la zona”, indicó.
El geólogo también resaltó que la extracción de tierras raras en República Dominicana podría reducir la dependencia de mercados internacionales y fortalecer la industria nacional. “Si logramos desarrollar una industria de tierras raras bien estructurada, podríamos estar en una posición privilegiada dentro del mercado global, sobre todo en un momento en que estos materiales son cada vez más demandados”, afirmó.
